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- La aventura de la KON-TIKI (1950-2012)
Posted by : El día del Espectador
septiembre 27, 2013
Mapa de la distancia que recorrió la Kon-Tiki a la deriva. |
Torstein (Jakob Oftebro) y Knut (Tobías Santelmann) pescan un tiburón. |
La
película, considerada una La vida de Pi
noruega, relata no sólo el extraordinario viaje, si no también las dificultades
para hacerlo posible y la personalidad de Heyerdahl. La comparación con la
cinta de Ang Lee es inevitable principalmente por una fotografía espectacular,
unos efectos especiales bastante conseguidos (teniendo en cuenta que Noruega no
es una potencia cinematográfica) y el poder de una gran historia. Los planos
que consiguen por un lado sus realizadores y por otro su director de fotografía
Geir Hartly Andreassen provocan la sensación en el espectador de que aquellos
hombres viajaron a una luminosa utopía de agua y criaturas extraordinarias.
Especialmente conseguida está la escena en la que un enorme tiburón ballena
merodea alrededor de la balsa porque consigue enmudecer al público y provoca
una mezcla entre fascinación y miedo realmente valiosa.
Thor (Pål Sverre Hagen) filma la Kon-Tiki en compañía de tiburones. |
A pesar de
tener una gran historia y unos efectos especiales a la altura de Hollywood, el
desarrollo de la película se queda flojo. Podríamos decir que se trata de una
película correcta sin más, visualmente singular pero que no es capaz de
convencer en ciertas partes, quizá debido a unas interpretaciones endebles o a
un tono que intenta imitar demasiado al cine de aventuras estadounidense. La
aventura noruega en los Oscars ya es historia: Amor se llevó el premio ampliamente y Kon-Tiki volvió a Noruga con las manos vacías. Y sin embargo, la
historia de Thor Heyerdahl ya le dio al país nórdico el primer Oscar (tiene
dos) de su cinematografía. Durante su travesía por el Pacífico, Heyerdahl llevó
consigo una cámara de 16mm con la que filmó la vida a bordo, dando lugar al
documental también llamado Kon-Tiki
(1950). En él, narrado por el propio aventurero, se puede ver cómo recogían
peces voladores extraviados, cómo pescaban peces delfín y tiburones y qué tal
sabía el plancton del que también se alimentaban. También se pueden ver
imágenes reales del encuentro con el tiburón ballena y, gracias a la ayuda de
un bote, de la propia balsa a la deriva por el océano. Tenemos la oportunidad de saber
cómo era una jornada en la balsa, que en días tranquilos les permitía estar
ociosos (uno construía una maqueta de la balsa, otro tocaba la guitarra, otro
cocinaba…) y en días tempestuosos les tenía trabajando las 24 horas para evitar
el naufragio. Heyerdahl aprovecha para explicar la historia de Tiki, un
personaje mitológico que para los peruanos navegó los mares y desapareció al
anochecer y que para los polinesios llegó al amanecer y es el padre de todos
ellos. El éxito de la travesía y del documental no sólo sirvieron a Thor
Heyerdahl para demostrar que no era un loco suicida, si no que también probó
que se podía realizar ese largo viaje en tan solo una balsa.
La balsa original se expone en el museo Kon-Tiki (Oslo). |
Dos
películas diferentes y una sola fascinación: los sueños locos dejan de serlo
cuando se logran. Thor Heyerdahl desafió al mundo con una empresa por muchos
considerada imposible y probablemente mortal. Su personalidad dio lugar a Kon-Tiki (1950) con gran éxito e inspiró
Kon-Tiki (2012), que en ausencia de
Haneke, se habría llevado el Oscar con total seguridad. Lo que está claro es que
con frecuencia la realidad más descabellada supera a la ficción más trabajada y
gracias a Thor Heyerdahl todos nos atrevemos a sentirnos más aventureros y más
curiosos sobre nuestro mundo.
NOTA: 7 (2012) y 9 (1950)