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Posted by : El día del Espectador
mayo 15, 2013
Néstor Sánchez
Hollywood ha tardado mucho en darse cuenta del potencial que
tiene el cine coreano de las últimas décadas. Vale que hayan realizado remakes
de famosas películas de ese país, pero hasta el momento no habían contratado a alguien
de ese país para hacer una película. Y quien si no para este momento histórico
que Chan-Wook Park. Todo el mundo le conoce o le conocerá por “Old Boy”, uno de
los grandes filmes de los últimos tiempos. Él cual está grabándose de nuevo,
pero esta vez bajo la crítica mirada del director Spike Lee… a ver que sale.
Pero centrémonos en lo que nos interesa, la película. Como
amante de “Old Boy” que soy, vi el film con los ojos más críticos que pude y
creo que lo hice bien. Comencemos por la trama: la historia recuerda a la
película de Hitchcock “La sombra de una duda” y la verdad es que tiene mucho
estilo del maestro del suspense y te mantiene en vilo, donde al final cada
película toma una dirección distinta. Mientras que la de Alfred toma la
dirección del camino del bien (típico de la época), “Stoker”, toma el otro
camino (típico de la actualidad). En ella nos habla de una chica que ha perdido
a su padre, con el cual estaba muy unido. Justo el día de su entierro, aparece
su misterioso tío que esconde más que un secreto sobre la familia… Partiendo de
esta idea, el director nos llevará por un recorrido de los pensamientos más enrevesados
de los humanos. Un recorrido hacia nuestro monstruo interior, es decir, lo
contrario de lo que nos muestra “Old Boy”.
Nada más ver la película, inmediatamente, sabes cual es el
punto fuerte de la misma, la estética visual. Sin exagerar, es una maravilla.
Desde la luz, hasta el movimiento de cámara, pasando por los colores, el
montaje… todo. Cada plano está pensado al milímetro, característica innata del
director. Él cual antes de rodar en su cabeza tiene ya pensado como va a ser la película.
El problema viene con el guión, no llega al nivel visual de
la película. Éste, está claro, que es un mal guión, tiene muchos fallos, deja
colgando temas principales y de gran interés. Al acabar el film, aun sigues
teniendo dudas, los personajes no han dejado claro cuales son sus objetivos, o
porque hacen lo que hacen. Menos mal que Chan-Wook Park puede vender neveras
hasta en el Ártico, ya que ha sabido crear una maravilla de un guión tan pésimo.
No quiero acabar y haber achacado todo el trabajo al director, también los
actores han sabido salvar algunos errores, gracias a sus actuaciones. Mención
especial a Mia Wasikowska que realiza un trabajo excepcional, como joven
adolescente con un pie en la madurez y encima un cambio de su visión del mundo.
En conclusión, nos encontramos con una gran film que a pesar
de sus errores garrafales en el guión, sabrá como mantenerte sentado en la
butaca, gracias a la estética visual que el maestro Chan-Wook Park ha creado
para nosotros, los espectadores.
Mejor momento de la película: la escena de la ducha de la hija Stoker, dos minutos que os dejarán con la boca abierta. Que bien sabe el director como engañarnos...
Buena entrada. A mí me ha pasado un poco como ha vosotros, me ha gustado mucho a pesar del guión. Otro fallo que le veo es la labor de Goode, que hace que se tambalee la credibilidad de la película por momentos.
ResponderEliminarSi os apetece leer mi entrada:
http://lagatacongafas.blogspot.com.es/2013/05/asuntos-de-familia.html
Me ha gustado la entrada dedicada a Mann y vuestro blog en general, así que os incluyo en mi blogroll
Saludos