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- PETER JACKSON, LA PELÍCULA. Capítulo 5: el sueño de King Kong
Posted by : El día del Espectador
diciembre 20, 2012
HIMAR R. AFONSO

Así, el director
neozelandés, tras consagrarse con la trilogía del anillo, decidió
homenajear al gran gorila y realizar no un remake
exactamente, sino una reinterpretación de la aventura de su
infancia. Porque King Kong no puede rehacerse, ni
mejorarse, y eso lo sabía Peter Jackson, simplemente volvió a
contar la historia a nuevas generaciones que no podrían sobrecogerse
con la maqueta del gorila de 1933 y que quizás lo disfrutarían con
los efectos especiales del siglo XXI. Suficiente tiempo había
pasado desde la última película que se hizo sobre el rey gorila
como para permitirse el lujo de darle vida una vez más.

Este último punto hay
que recalcarlo, pues la extensa duración genera una inercia que
se traduce en “exceso constante” a todos los niveles:
mientras que la película de 1933 comienza con los personajes ya en
el barco de camino a esa isla misteriosa, Peter Jackson nos
“regala” una hora de metraje antes de empezar la aventura, una
hora que, además, no aporta gran cosa ni a nivel narrativo ni a
nivel emocional, salvo descubrir sin necesidad de demasiado
ingenio y sin necesidad de haber visto la obra original, que Jack
Black no es el verdadero protagonista. También hay un exceso
importante en las escenas de acción y en los límites que la
película decide cruzar, como el salto de pértiga supraolímpico
de los indígenas o el tiroteo en lianas de los tripulantes del
barco, de los cuales alguno jamás había tocado una Thompson.
Impresionantes escenas como la icónica pelea de Kong y el T-Rex (en
plural aquí) o la persecución de los velociraptors y los
diplodocus, resultan demasiado largas también. Todo esto
convierte a menudo la película en una devastadora montaña rusa que
te deja exhausto, y perjudica bastante al tercer acto, el que se
desarrolla en Nueva York, pues es otra hora de película en la que
vuelve a haber más acción y más acción, y el espectador quizás
ya está cansado.
No obstante, a pesar
de todos sus excesos (algo en lo que Jackson ha caído más de
una vez), la película tiene muchas virtudes, empezando por la
renovación de la empatía con el gorila. Consigue adaptar a
nuestro tiempo el personaje de King Kong para conectar con el
espectador contemporáneo (incontestables los movimientos de Serkin,
como siempre), mejorando con creces la dramática caída final desde
el Empire State, mucho más trágica y, evidentemente, más
lograda. Además, coloca ese antiguo proverbio árabe en el momento
que considera oportuno y respeta la potente banda sonora original
a pesar de los arreglos del gran James Newton Howard.
El resultado es bueno,
una película muy entretenida y bien realizada. Evidentemente,
después de El señor de los anillos, nadie
esperaba algo especial de esta película, y no lo es, salvo por
el hecho de que tenga tanto significado para Peter Jackson. Desde
luego, es otra prueba más de lo capacitado que está este director
para realizar grandes aventuras fantásticas, siendo un referente en
este tipo de superproducciones con otros directores como James
Cameron, Ridley Scott, Christopher Nolan o Steven Spielberg, quien
le pasará el relevo para la próxima aventura de Tintín.
Para terminar,
personalmente le doy una buena nota a El hobbit, algo
irregular, pero una aventura en toda regla, como el gorila de
Hollywood. ¡Larga vida a King Kong!
Yo creo que este film fue bastante infravalorado. Jackson crea una aventura fantástica muy potente y bien realizada, aunque por debajo de ESDLA, claro.
ResponderEliminarYo creo que pasó desapercibida. Para mí consigue lo principal: ser entretenida, y a mí personalmente me gusta bastante, pero estoy de acuerdo, la sensación que queda es de que no ha repercutido demasiado.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo en que la primera parte, que se relaciona con la "depresión", sea demasiado larga; no es vano, tampoco, que comience con las imágenes de un zoológico y con el mundo del espectáculo, en casi todos los niveles; la escena de los directivos y la salida final, robo de película de por medio, antes de emprender el viaje; el hambre de la protagonista; etc. Todo esto va a tener un sentido, por supuesto, porque las características de la chica, habituada a la actuación y a "hacer reír", son las que "conquistan" a la bestia, y no simplemente "la belleza", en ese sentido hay una doble faz. Si bien hay ciertos momentos que resultan extravagantes, los suple la impecable estética de un "Mundo perdido", y la cita de Conrad de "En el corazón de las tinieblas"; me resultó interesante, y lejos de comparaciones con la de 1933, un excelente saldo de esa deuda.
ResponderEliminarVisto así, parece evidente que esa primera hora de película aporta información más o menos crucial de los personajes, además de contextualizar la historia. Es cierto. Pero ¿no te sigue pareciendo excesivo? ¿No crees que en media hora se puede contar lo mismo y sin perderse nada? Me parece bien que, en contraste con la de 1933 (que empieza ya en el barco, lo cual me encanta), en esta quieran contarnos otras cosas... pero me sigue pareciendo demasiado. Y en general, es algo que me pasa siempre con Peter Jackson: me encanta, es un gran contador de historias, pero a veces me parece excesivo en duración. Un saludo!
Eliminar(Himar R. Afonso)