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- "Los Amantes Pasajeros", o cómo Almodóvar opta por autodestruirse.
Posted by : El día del Espectador
marzo 09, 2013
HUGO MUGNAI
Vuelve
Almodóvar, y con él todas las expectativas de su cine, probablemente el cine
más característico de nuestro país, y el que más renombre internacional nos ha
dado. Pero desde luego si utilizamos su nuevo film, “Los Amantes Pasajeros”
como ejemplo de nuestro cine, ya podrían festejar en el extranjero el estado de
las subvenciones para el cine en España, porque desde luego es difícil
encontrar una película con tan baja calidad que llegue a la gran pantalla (y
mire usted que llegan cosas).
La
película narra las desventuras de un pintoresco grupo de pasajeros de un vuelo
entre Madrid y México DF, así como de su tripulación de a bordo. Hasta ahí todo
bien. Y a partir de ahí todo mal.
El
guión se erige como un vodevil sin interés, flojo, muy flojo, en el que
personajes llenos de estereotipos sin ningún tipo de profundidad interactúan ante la
cámara buscando la...¿carcajada? Dios quiera que no, porque si esa era la
intención el film tiene más problemas que un avión de Ryanair. Y es que los
tiene.
Probablemente
uno de los obstáculos más evidentes para que “Los Amantes Pasajeros” pase por
una comedia son sus diálogos, quizá lo más desastroso de todo, basados en
frases teatrales increíbles, que juegan continuamente con la verosimilitud del
espectador, que asiste impasible a frases con estructuras imposibles en una
diálogo realista. Todo esto esperando siempre un gag, un punch-line prometido
que nunca llega, o cuando llega es de forma sosa o desagradable (como el
momento “lefazo”, no digamos más).
Los
personajes, para hacerse uno una idea, pueden resumirse como: las tres
locazas, el matón mexicano, la vedette retirada, el galán, el putón, la
jipi...de una complejidad sublime, vaya. Y la relación de estos es de lo más
absurda, tratando de justificar todo con altas dosis de alcohol y mezcalina,
estos sin justificar de modo alguno en un vuelo transoceánico.
Las interpretaciones se presentan como un variado abanico de desastres en el que
fracasan grandes actores nacionales como Antonio de la Torre (con un personaje
que nadie se cree), Raúl Arévalo (con una pluma exacerbada y sin apenas
interés), Guillermo Toledo (¿Ése es un galán?), Hugo Silva (sin encajar en la
historia), Blanca Suárez (en una historia completamente innecesaria)... Y la
presencia de tantos actores de renombre (de los que, al menos de varios de
ellos, sabemos que no son malos intérpretes) trabajando tan mal indica que tal
vez el error venga más bien de la dirección de actores.
Cabría
salvar dentro de todo el elenco a un correcto y moderado Javier Cámara (aunque
por debajo de su nivel habitual) y sorprendentemente, a Miguel Ángel Silvestre,
maromo conocido por su papel de “El Duque” en No es país para las tetas del
paraíso...o algo así, que sorprende tal vez por las escasas expectativas. Y
quizás el personaje que más humor lleva a la historia es el de Carlos Areces,
pero por la vis cómica del actor, en ningún momento por los “chistes” del
guión.
En
cuanto al uso de la cámara es posible que resulte aún más sorprendente como un
director de la talla y el renombre de Almodóvar opta por ciertas tomas
absurdas, planos que se vuelven aberrantes, e incluso cómo una secuencia
musical con coreografía en teoría creada para los personajes se realiza todo el
tiempo cara a cámara, directamente tomando al público como tal, rompiendo la
“cuarta pared”.
Por
el escaso lado positivo cabe destacar una magnífica dirección de arte con un
estilo camp sesentero muy cuidado y colorido, que crea un ambiente poco
realista pero efectivo. Otro de los elementos aceptables, es la secuencia de
montaje final (de la que no desvelaremos
más por si algún/a valiente quiere ir al cine a verla) en la que de forma muy
sencilla se resuelve un momento difícil de mostrar dadas las circunstancias.
Resumiendo,
por el bien de la imagen de Almodóvar, nuestro cine, nuestro bolsillo y la
Marca España, es recomendable evitar ir al cine a ver “Los Amantes Pasajeros”,
un aborto cinematográfico de dimensiones colosales.
Bueno, todo es cuestión de opiniones. Cada crítico le pone su nota. A mí me pareció terrible, por eso le puse un 2,5. Sinceramente, sin ser fan de Almodovar, le tenía un respeto importante, no creas que había ningún tipo de límite por prejuicio.
ResponderEliminarPor otro lado, yo jamás le hubiera puesto un 7,5 a Grupo 7, créeme, pero el que hizo la crítico creyó que la merecía, y se la puso. Supongo que eso es lo bueno de que en el blog escribamos varios con opiniones divergentes.
Gracias por comentar, no dudes en volver a hacerlo.
Un saludo,
Hugo Mugnai.