Posted by : El día del Espectador octubre 26, 2012




HIMAR R. AFONSO

La acción es el género que perdura. La acción es la última garantía de entretenimiento y el entretenimiento es, a fin de cuentas, el cometido original de la industria cinematográfica.

Siendo, así, un género criticado por su superficialidad y su mensaje vacío e influenciado por la cultura barata y los valores clásicos reinterpretados interesadamente, es también un género que, a día de hoy, permite acceder a un pequeño espacio de innovación donde, a través de referencias, homenajes, parodias o críticas, se encuentra en el objeto fílmico un halo de interés cultural, de intelectualidad si se quiere (un termino complejo), que aporta un valor diferente a la obra.

De alguna manera , podemos ver esto en Get the gringo (posible traducción en España: Vacaciones en el infierno), que desgraciadamente no ha llegado a la taquilla española y, viendo el “éxito” que ha tenido en Estados Unidos en el presente año, probablemente no llegue; y eso que la película cuenta con el talento del veterano actor y director Mel Gibson que, al igual que Liam Neeson, le está cogiendo el gusto a eso de repartir tortas indiscriminadamente. Tortas y humor, parece que es la combinación perfecta que se ha establecido en el género de acción desde McTiernan y su Jungla de cristal, superponiéndose al relato más serio de Terminator de James Cameron o Depredador de McTiernan también. Es por el camino del humor por donde han seguido la mayoría de películas de acción de los últimos años, y se evidencia en la ópera prima de Adrian Grunberg, apoyado por el propio Gibson en la elaboración del guión, uno de esos guiones de acción que cuenta con la cantidad justa de humor, con una historia fantástica y lo suficientemente bien enlazada como para creérsela (o al menos aceptarla), sustentada por unos personajes muy bien construidos y que establecen unas relaciones coherentes y, sobretodo, interesantes.

Un Gibson espléndido que interpreta a Driver, un ladrón que es cogido en la frontera entre México y EEUU y que es cogido por los mexicanos al ver que llevaba enormes cantidades de dinero; a Driver lo encerrarán en una cárcel llamada El Pueblito, donde aprenderá a subsistir con la ayuda de un niño que esconde una trama realmente trágica y a la que Driver no podrá ignorar.


La guinda que corona este dulce pastel lo pone la cantidad de escenas, imágenes impactante y frases memorables que deja para el recuerdo, con una genial imitación que hace Mel Gibson de Clint Eastwood, la escalofriante escena de un niño apuñalándose con un clavo tras decir “¿quieres mi hígado? Aquí tienes mi hígado”, o el tiroteo a cámara lenta que se convierte en un regocijo de acción y humor que te deja extasiado. Pero la masa, la consistencia, está en una historia realmente interesante y una dinámica de reconfortante estilo directo, marcado por un ritmo que va al compás de los golpes y la música mexicana y una narración de Driver en off donde se dirige al público como “boys and girls”, porque eso es lo que somos ante la pantalla, niños y niñas con ganas de divertirnos.


Este detalle deja entrever la ironía que masca Grunberg en el guión, donde se dirige al público de esta manera, restándole seriedad al filme y proporcionándole un tono que le permite reírse de sí misma a la vez que da un golpe sobre la mesa y se niega a ser mediocre, con escenas tan impactantes que te hacen quitar la mirada (una corta y brutal escena de tortura que agradeces únicamente por su brevedad) como momentos de humor grotesco a la vez que refinado, pasando de un nivel a otro tan rápido como marca el ritmo y recorriendo todas las referencias que componen el género de acción (mamporros, explosiones, golpes maestros, malos malísimos, buenos redimidos por buenas causas, acciones sin piedad, sin titubeos... y amor).


Lo tiene todo Get the gringo y lo encuentras todo, pero es que además, es diferente. Quizás por su empeño en dibujar los bajos fondos de México, jugando con el color e insistiendo en los tonos marrones, amarillos y naranjas, quizás por la seriedad que consigue pese a sus constantes travesuras, o quizás porque extraña oír a Mel hablar en español. Lo cierto es que nos encontramos ante una película que supone un auténtico gusto para la vista, donde nadie quiso nada más que contar una historia, pero que se convierte en algo importante; importante porque importa absolutamente todo lo que ocurre en ella y porque termina en el momento, minuto y segundo que debe terminar; importante porque hay cortometrajes que dispusieron del mismo presupuesto. Y sobretodo, porque la película, en su decisión de dirigirse al público, parece ser autosuficiente, sin necesitar la aprobación de nadie, hasta el punto de ser a la par simpática y antipática, ya que si no te gusta, te dedicará la frase de Driver: “As my mother said, fuck off loser!”

PD: Algunas informaciones apuntan a que su estreno en España se producirá finalmente el 26 de octubre. Sin embargo, debido al cambio de fechas que se produce constantemente en nuestro país no podemos asegurar nada de manera oficial.


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  1. Mira Mel Gibson con sus películas grasientas de héroe pasado de fecha pero aún así tensas, vibrantes y divertidas como Apocalypto o su reciente Vacaciones en el Infierno. Sea pues, Mel, a pesar de tus 'fachasitudes', una copa elevada por ti....

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