Posted by : El día del Espectador noviembre 27, 2013



Diego Real


Este viernes se estrena Frozen y en El día del espectador estamos calentando motores. Antes de la misma, he querido realizar un repaso a esos clásicos que quizás no lo son tanto porque han quedado eclipsados por otras obras denominadas “mayores”. Echen a un lado a Pinocho, Blancanieves y Cenicienta y haced hueco a Alice, Milo, Panchito, el tío Remus, Lewis, Oliver, Jim e Ichabood.

Alice Comedies (Walt Disney, 1923-1927). Todos los genios tienen sus comienzos y Walt Disney no empezó ni con Mickey ni con Oswald sino con los cortos de la niña Alice. Estas obras de artesanía e ingenio, aunaban imagen real y animación mediante unas historias a ratos crueles (los personajes no dudan en pegarse patadas y hacerse todo tipo de perrerías), absurdas, divertidas y cuanto menos extrañas llevándonos a una época en los que la animación más primitiva era casi más inteligente y compleja que la actual. El origen de la saga se inspira en la obra de Carroll, solo que esta vez Alice visita unos estudios de cine y termina en un mundo de dibujos animados llamado Cartoonland. Entre las curiosidades de las Alice Comedies está la aparición en 1935 de Pete Pata Palo, tres años antes que Mickey, lo que le convierte en el personaje más duradero (si tenemos en cuenta las apariciones de Oswald en los videojuegos Epic Mickey). Los cortos se pueden ver en internet, como no, pero si sois fans recomiendo la adquisición obligatoria del pack Disney Treasures titulado Rarities.

Los tres caballeros (Norman Ferguson, 1944). Al igual que Sleepy Hollow, película-paquete de la compañía. Aquí si que soy totalmente imparcial ya que Los tres caballeros me marcó de pequeño por su locura y exotismo. Folklore desatado, psicodelia y personajes carsimáticos que incluso eclipsan al genial Pato Donald (doblado en español por su doblador original, Clarence Nash, por lo que no se le entiende un carajo), y es que José Carioca y Pancho Pistolas merecen ser rescatados de nuevo por Disney.


Canción del sur (Wilfred Jackson, Harve Foster, 1946). Probablemente la más insólita de las producciones de la Disney por diversos motivos. Pese a que fue todo un  éxito de taquilla, el tema central fue acusado de racista debido a que los esclavos, lejos de criticar su condición, se mostraban tan felices y cantarines que harían sonrojar al mismísimo Django tarantiniano. The New York Times, incluso,  creía que Disney pensaba que estaba en contra de “lo que hizo Abe” en referencia a la abolición de la esclavitud. Si se os han quedado los dientes largos y queréis ver Canción del Sur, tengo malas noticias: la película está almacenada y nunca ha sido editada en VHS, DVD O Blu-Ray. 

La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo (James Algar, Clyde Geromini, Jack Kinney,1949). Aunque la adaptación de El viento en los sauces es simpática, prefiero centrarme en esa maravilla siniestra que se marcaron con Sleepy Hollow antes que Burton. Pese a que pueda parecer que Disney iba a adaptar el relato gótico en pos de la diversión, se equivoca, el corto de mal rollo y no hay happy ending que valga. ¡El Jinete sin Cabeza da un miedo de la leche!




Oliver y su pandilla (George Scribner, 1988) Film de la poco fructífera aunque interesante etapa ochentera de Disney. Avanzada incluso en la actualidad, el relato es una adaptación posmoderna, consumista y gatuna de Oliver Twist que lleva el clásico de Charles Dickens a la actualidad y nada menos que a Nueva York. Totalmente revisable y reivindicable, este relato lleno de referencias a marcas (De Coca-Cola a Sony), iba a ser una secuela de Los Rescatadores, otra cinta de animación que merece otro visionado. Recomiendo, verla en versión original para disfrutar de las cuerdas vocales de Bette Midler y Billy Joel.

Atlantis: el imperio perdido (Kirk Wise, Gary Trousdale, 2001). Se ve que la Disney no tiene buena recepción cuando aúna animación y ciencia ficción y el mejor ejemplo es Atlantis, película que poco a poco se va revalorizando dentro del universo Disney. Una película quizás pensada para un público minoritario pero exigente como es el amante de este género pero que es todo un regalo a para ellos no solo por su historia cargada de referencias (a Cameron le tuvo que encantar, tanto que Avatar huele a plagio), es que además, en su versión original está doblada por Michael J. Fox y Leonard Nimoy. Si detrás de Atlantis, estuviera Dreamworks, la alabaríamos por imaginativa y oscura. Eso sí, huid de la secuela Atlantis 2: El regreso de Milo (Victor Cook, Toby Shelton, Tad Stones, 2003). Y desde aquí imploro…¡ojalá una fase del futuro Kingdom Hearts III esté ambientada en este mundo submarino!

El planeta del tesoro (Ron Clements, John Musker, 2002). Adaptación fiel y, a la vez, totalmente original del clásico de Robert Louis Stevenson considerada una obra menor de los directores de Aladdín y La Sirenita. Pero yo la alabo por valiente, en una época en las nuevas tecnologías comenzaba a hacerse cada vez más hueco en la infancia el acercar a este público una novela de aventuras clásicas mediante futurismo steampunk es toda una genialidad y un acto de valentía por el estudio que decidió apostar no por los niños, sino por el público adolescente que un día se criaron con La Sirenita y Hércules. Visualmente poderosa y con una gran mezcla entre animación tradicional y animación digital mejorando el efecto de lienzo profundo ya visto en Tarzán. En resumen,  ¡la literatura clásica entendida como un videojuego en la casa del ratón Mickey! Recomendable, una vez más, la versión original ya que el protagonista está doblado por Joseph Gordon-Levitt.

Descubriendo a los Robinsons (Stephen J. Anderson, 2007). Reconozco que la vi a desgana ya que creía que estaba ante otra película de dichosos niños inventores (ahora en serio, ¿no puede existir una serie y/o película infantil en la que no aparezca un puñetero niño que no sea un genio y que invente cuatro tontunas?). Por fortuna, me equivoqué. Meet the Robinsons es tremendamente loca y de un soberbio estilo futurista que la hace estar a medio camino entre el cartoon clásico y la genial Futurama. La historia es entretenimiento puro y pese a que parezca que pueda caer en la lágrima fácil, no lo hace y el momento dramático es hasta conmovedor. Una advertencia, no es recomendable ni para aquellos que sean puntilllosos con el tema de las paradojas temporales ni para los amantes de los bombines. Junto con Bolt y Enredados, pertenece a la etapa de animación digital Disney sin Pixar que si no estuviera ese pestilente truño de Chicken Little, sería formidable. ¡SI HASTA SALE RAPHAEL!

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