Posted by : El día del Espectador octubre 25, 2013


 HUGO MUGNAI

Cuando vamos al cine siempre nos enfrentamos a un riesgo inevitable: es posible que nos topemos con un bodrio. Y es que la cartelera siempre ha sido una lotería, como diría Forrest, “como una caja de bombones”. Por eso es probable que es ocasiones salgamos de la sala con una sensación algo agria, porque por poco que nos guste, hay pelis malas. Pero dentro de esas pelis malas podemos encontrarnos desde la que no nos ha terminado de convencer, pasando por la que era bastante tonta hasta la más temida de todas...el bodrio total.  Y es que cuando uno sale del cine de ver Grand Piano no puede evitar la sensación de haberse enfrentado a ese feroz enemigo.

La película, dirigida por el poco conocido Eugenio Mira –el que fuera director de Agnosia (2010)– se presenta como un thriller hitchcockiano de gran suspense. Tom Selznick (Elijah Wood) es un pianista con miedo escénico que vuelve a dar un concierto tras cinco años de parón. Pero cuando el recital empieza, Tom descubre que alguien le está apuntando con un rifle, y que si falla una sola nota de la partitura, morirá. Así, de la mano del en este caso productor Rodrigo Cortés, Mira trata de construir una película magnética con el espíritu de Buried (Rodrigo Cortés, 2009). Y el resultado no podría ser más desastroso.

Pero, ¿por qué es Grand Piano un desastre a pesar de lo interesante de la premisa? Tratemos de averiguarlo haciendo un “diagnóstico de Grand Piano”:

Encefalograma del guión

- Riesgo en la idea: La idea en la que sea sustenta supone un riesgo enorme para el guionista, que se debe enfrentar al objetivo de mantener al espectador pegado a la pantalla viendo a un hombre tocar el piano todo el tiempo. Si Chris Sparling logró conseguirlo con un hombre en un ataúd, Damien Chazelle fracasa estrepitosamente.
Más de uno agradecería que apretaran el gatillo
- Descalcificación de los personajes: El propio protagonista, que aparece en la gran mayoría de los planos, resulta un personaje pusilánime, que si bien podría haber resultado atractivo como un Cary Grant en incomprensibles apuros, queda diluido entre una serie de personajes vacíos y plagados de tópicos que no ayudan para nada al desarrollo de las tramas.
- Insuficiencia de verosimilitud: Probablemente la mayor carencia de la película sea la falta de credibilidad. Y es que el guión está sembrado de situaciones increíbles, en las que las cosas suceden de forma injustificada y oportunista. Todo un homenaje al Deus Ex Machina. Así, el espectador tiene difícil creerse lo que está viendo, y si uno no se cree un thriller...

Cardiograma de dirección

Mira no está a la altura del reto...ni de Wood
- Impotencia de cámara: Eugenio Mira apuesta por una dirección de cámara no convencional. Apuesta...y pierde, porque salvando un par de propuestas interesantes, la mayoría de movimientos de cámara resultan forzados e incluso mal ejecutados (dollies que tiemblan y encuadres dubitativos). Si uno no es Orson Welles es importante no creérselo.
- Artrosis actoral: Cuando llega el momento de dirigir a los actores y los personajes de por sí no están bien desarrollados, es importante tratar de que al menos las interpretaciones sean creíbles. Y de nuevo, pinchazo. Ni siquiera Elijah Wood se salva, cayendo a veces en la caricatura.
- Arritmia en el montaje: Para colmo, el montaje llega a ser absurdament frenético en ocasiones, sin lograr generar la tensión deseada y contribuyendo al naufragio.

Síntomas

- La trama resulta ajena al espectador, convirtiendo el thriller en un teatrillo inverosímil e increíble y produciendo un innegable “gatillazo” en el suspense.
- La sensación de que todo sucede de forma bizarra e incomprensible alimenta la sensación de que el filme cae irremisiblemente en el ridículo conforme avanza el metraje.
- La mezcla de ambas sensaciones puede generar la extraña sensación de que la cinta está cayendo en la autoparodia cuando en realidad se está tomando muy en serio a sí misma.

Así pues, recetamos a Grand Piano una (y varias) reescrituras de guión que incluyan subtramas y le den un background a los personajes, un buen storyboard, y mucho amor al cine y a las buenas historias. Aunque quizá sea un poco tarde.

NOTA: 3’5







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  1. Yo es que aún no he visto una película de esta productora que sea buena, eso sí, como es en inglés y con actores americanos, nadie dice nada, pero es cine español del malo.

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