Archive for noviembre 2013

LA ESTÉTICA DE LA TELEVISIÓN: "CIUDADANO X"

By : El día del Espectador
HIMAR R. AFONSO


Estamos pasando por un momento de auge en la ficción televisiva, llegando a equipararla al cine (“la TV es el nuevo cine”). Tanto es así, que varios son los festivales de televisión en los que, como el cine, se presentan los nuevos trabajos de la temporada en pantallas gigantes. Estos nuevos eventos tienen la ventaja del fenómeno fan, de colectivos ya vinculados al pasado de esas nuevas temporadas de sus series favoritas.

El inspector Burakov: la perseverancia de la investigación
Más allá de esto, un debate que ha generado estas nuevas tendencias es el de plantear si realmente la ficción televisiva puede ser cine. Ocurre mucho con las películas antiguas que vemos en nuestras casas: siempre será preferible verlas en una sala de visionados con una buena pantalla, porque son productos creados para la gran pantalla. Pero ¿una serie? Diría que las series, no es solo que no sean para la gran pantalla, sino que cada vez se consumen en soportes más pequeños. Es innegable que han mejorado su nivel estético y narrativo, con grandes realizaciones, pero la pregunta que surge tras la finalización de estos festivales es: ¿se aguanta un capítulo de una serie en la gran pantalla?

Estamos hablando de estética, no de narrativa. Yo no he visto una serie en una sala de cine, por lo que no puedo opinar; pero este debate es muy sugerente para reflexionar sobre la estética de la televisión y su valor. Parece que es un buen momento para hablar de un telefilme que produjo la HBO en 1994 y dirigió Chris Gerolmo: Ciudadano X.

El mal que se repite una y otra vez
Diría que esta obra refleja las grandes virtudes que esconden las aparentes limitaciones estéticas y narrativas de la televisión. La obra nos cuenta la entonces reciente historia del asesino en serie ruso Chikatilo (interpretado por el célebre y veterano Jeffrey DeMunn), que se llevó a 52 víctimas antes de que las ineficaces fuerzas del orden de la Unión Soviética lo capturase.

El Dr. Bukhanovsky como desatascador
Narrativa y estéticamente, es una película que jamás habría podido llegar al cine, y me atrevería a decir que nunca fue esa su intención. Las presentaciones de los personajes son muy metódicas y directas y las transiciones son claramente televisivas.

Aún así, no pierde el gusto por el dramatismo y la composición sugerente en ocasiones, generando escenas realmente sobrecogedoras y espeluznantes; y a la vez, una gran preocupación por plasmar el paso del tiempo con la intención de acceder a la angustia y la impotencia de carecer de medios para acabar con la amenaza.

Siendo una clara crítica al sistema policial soviético y reflexionando sobre lo que se podría haber evitado, resulta interesante la manera en que esos dos grandes personajes interpretados por Stephen Rea y Donald Sutherland aprenden a jugar en el medio burocrático y a mover sus fichas en los momentos oportunos para poder alcanzar el objetivo que por momentos no parece ser el mismo que el de los altos mandos, preocupados por no desestabilizar el orden ni perjudicar la imagen de la nación, algo que en nada se diferencia de Occidente.


Una pareja singular
Volviendo a la cuestión formal, parece bastante claro que la obra utiliza los mecanismo televisivos para conseguir el mismo efecto emocional del cine, permitiéndose incluso apariciones estelares como la del gran Max Von Sydow, uno de tantos puntos de giro que renueva las fuerzas para enfrentarse a ese asesino en serie que el público conoce y al verdadero obstáculo personificado en el camarada Bondarchuk (Joss Ackland), quien reformula el sentido del objetivo y el antagonista. Un telefilme que muestra las virtudes de la estética televisiva y sirve para posicionar el debate sobre las posibilidades cinematográficas de la televisión; porque la televisión tiene sus propios códigos de identidad.

8 PELÍCULAS DISNEY QUE MERECES REVISAR

By : El día del Espectador


Diego Real


Este viernes se estrena Frozen y en El día del espectador estamos calentando motores. Antes de la misma, he querido realizar un repaso a esos clásicos que quizás no lo son tanto porque han quedado eclipsados por otras obras denominadas “mayores”. Echen a un lado a Pinocho, Blancanieves y Cenicienta y haced hueco a Alice, Milo, Panchito, el tío Remus, Lewis, Oliver, Jim e Ichabood.

Alice Comedies (Walt Disney, 1923-1927). Todos los genios tienen sus comienzos y Walt Disney no empezó ni con Mickey ni con Oswald sino con los cortos de la niña Alice. Estas obras de artesanía e ingenio, aunaban imagen real y animación mediante unas historias a ratos crueles (los personajes no dudan en pegarse patadas y hacerse todo tipo de perrerías), absurdas, divertidas y cuanto menos extrañas llevándonos a una época en los que la animación más primitiva era casi más inteligente y compleja que la actual. El origen de la saga se inspira en la obra de Carroll, solo que esta vez Alice visita unos estudios de cine y termina en un mundo de dibujos animados llamado Cartoonland. Entre las curiosidades de las Alice Comedies está la aparición en 1935 de Pete Pata Palo, tres años antes que Mickey, lo que le convierte en el personaje más duradero (si tenemos en cuenta las apariciones de Oswald en los videojuegos Epic Mickey). Los cortos se pueden ver en internet, como no, pero si sois fans recomiendo la adquisición obligatoria del pack Disney Treasures titulado Rarities.

Los tres caballeros (Norman Ferguson, 1944). Al igual que Sleepy Hollow, película-paquete de la compañía. Aquí si que soy totalmente imparcial ya que Los tres caballeros me marcó de pequeño por su locura y exotismo. Folklore desatado, psicodelia y personajes carsimáticos que incluso eclipsan al genial Pato Donald (doblado en español por su doblador original, Clarence Nash, por lo que no se le entiende un carajo), y es que José Carioca y Pancho Pistolas merecen ser rescatados de nuevo por Disney.


Canción del sur (Wilfred Jackson, Harve Foster, 1946). Probablemente la más insólita de las producciones de la Disney por diversos motivos. Pese a que fue todo un  éxito de taquilla, el tema central fue acusado de racista debido a que los esclavos, lejos de criticar su condición, se mostraban tan felices y cantarines que harían sonrojar al mismísimo Django tarantiniano. The New York Times, incluso,  creía que Disney pensaba que estaba en contra de “lo que hizo Abe” en referencia a la abolición de la esclavitud. Si se os han quedado los dientes largos y queréis ver Canción del Sur, tengo malas noticias: la película está almacenada y nunca ha sido editada en VHS, DVD O Blu-Ray. 

La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo (James Algar, Clyde Geromini, Jack Kinney,1949). Aunque la adaptación de El viento en los sauces es simpática, prefiero centrarme en esa maravilla siniestra que se marcaron con Sleepy Hollow antes que Burton. Pese a que pueda parecer que Disney iba a adaptar el relato gótico en pos de la diversión, se equivoca, el corto de mal rollo y no hay happy ending que valga. ¡El Jinete sin Cabeza da un miedo de la leche!




Oliver y su pandilla (George Scribner, 1988) Film de la poco fructífera aunque interesante etapa ochentera de Disney. Avanzada incluso en la actualidad, el relato es una adaptación posmoderna, consumista y gatuna de Oliver Twist que lleva el clásico de Charles Dickens a la actualidad y nada menos que a Nueva York. Totalmente revisable y reivindicable, este relato lleno de referencias a marcas (De Coca-Cola a Sony), iba a ser una secuela de Los Rescatadores, otra cinta de animación que merece otro visionado. Recomiendo, verla en versión original para disfrutar de las cuerdas vocales de Bette Midler y Billy Joel.

Atlantis: el imperio perdido (Kirk Wise, Gary Trousdale, 2001). Se ve que la Disney no tiene buena recepción cuando aúna animación y ciencia ficción y el mejor ejemplo es Atlantis, película que poco a poco se va revalorizando dentro del universo Disney. Una película quizás pensada para un público minoritario pero exigente como es el amante de este género pero que es todo un regalo a para ellos no solo por su historia cargada de referencias (a Cameron le tuvo que encantar, tanto que Avatar huele a plagio), es que además, en su versión original está doblada por Michael J. Fox y Leonard Nimoy. Si detrás de Atlantis, estuviera Dreamworks, la alabaríamos por imaginativa y oscura. Eso sí, huid de la secuela Atlantis 2: El regreso de Milo (Victor Cook, Toby Shelton, Tad Stones, 2003). Y desde aquí imploro…¡ojalá una fase del futuro Kingdom Hearts III esté ambientada en este mundo submarino!

El planeta del tesoro (Ron Clements, John Musker, 2002). Adaptación fiel y, a la vez, totalmente original del clásico de Robert Louis Stevenson considerada una obra menor de los directores de Aladdín y La Sirenita. Pero yo la alabo por valiente, en una época en las nuevas tecnologías comenzaba a hacerse cada vez más hueco en la infancia el acercar a este público una novela de aventuras clásicas mediante futurismo steampunk es toda una genialidad y un acto de valentía por el estudio que decidió apostar no por los niños, sino por el público adolescente que un día se criaron con La Sirenita y Hércules. Visualmente poderosa y con una gran mezcla entre animación tradicional y animación digital mejorando el efecto de lienzo profundo ya visto en Tarzán. En resumen,  ¡la literatura clásica entendida como un videojuego en la casa del ratón Mickey! Recomendable, una vez más, la versión original ya que el protagonista está doblado por Joseph Gordon-Levitt.

Descubriendo a los Robinsons (Stephen J. Anderson, 2007). Reconozco que la vi a desgana ya que creía que estaba ante otra película de dichosos niños inventores (ahora en serio, ¿no puede existir una serie y/o película infantil en la que no aparezca un puñetero niño que no sea un genio y que invente cuatro tontunas?). Por fortuna, me equivoqué. Meet the Robinsons es tremendamente loca y de un soberbio estilo futurista que la hace estar a medio camino entre el cartoon clásico y la genial Futurama. La historia es entretenimiento puro y pese a que parezca que pueda caer en la lágrima fácil, no lo hace y el momento dramático es hasta conmovedor. Una advertencia, no es recomendable ni para aquellos que sean puntilllosos con el tema de las paradojas temporales ni para los amantes de los bombines. Junto con Bolt y Enredados, pertenece a la etapa de animación digital Disney sin Pixar que si no estuviera ese pestilente truño de Chicken Little, sería formidable. ¡SI HASTA SALE RAPHAEL!

Los Juegos de Hambre: En Llamas. Mejorando el legado de Gary Ross

By : El día del Espectador

Néstor Sánchez



La segunda parte de Los Juegos del Hambre estrena nuevo director. Después de la patada al libro que le metió Gary Ross con la primera parte (mostraba más planos de gente comiendo que pasando hambre), Francis Lawrence no lo tenía muy difícil para superarle. Y así es, lo ha conseguido. Ha hecho un film más cercano a la filosofía del libro. Por el resto todo sigue igual, vuelve a actuar la guapísima Jennifer Lawrence, el insulso hermano de Thor y el que por mucha cara de niño que tenga no pega ni con cola para el papel Josh Hutcherson. A ellos se les une grandes actores de los que destaca el grandísimo Stanley Tucci (haga lo que haga lo hace bien. Llamamiento: por favor, empezar a darle papeles protagonistas y no siempre secundarios) 

Nada más empezar sabes que el film va a ser mejor que el primero, los planos están más trabajado, hay preciosos juegos de contraste de luces al comienzo de la película que rápidamente te enganchara… la escenas donde recuerdan a los caídos en los anteriores juegos, están muy bien conseguidas… en general tiene un buen comienzo.

Este segundo film continua la historia de la Katniss, la chica de fuego, la que consiguió escapar de los juegos y encima, retar al Capitolio. Pero ahora, el presidente la quiere ver muerta y hará todo lo posible para matarla y que cesen los movimientos revolucionarios que ella ha provocado. Ante esta sinopsis tan  atractiva, nos encontramos con un film soso, sin emoción, sin vida… a pesar de ser más fiel al libro. En todo momento estamos siendo testigos de los rifi rafes de Katniss y el gobierno, y tu como espectador piensas: aquí se va a liar de dios… pero no es así, lo que nos encontramos son escenas de acción aburridas y una seguida de otra en los últimos 30 minutos de la película. Por lo tanto nos deja con la primera hora y media de piques entre unos y otros, como si fuesen dos niños enfadados.

Claro está que toda critica negativa que estoy haciendo en cuanto a la historia, están influenciadas por el libro, pero la película que supuestamente es otro tipo de lenguaje, recae en el mismo error. La falta de tensión en la película. En ningún momento sientes que la vida de ellos corra peligro, o que estén haciendo algo grande… hasta que al final por arte de magia y con una simple frase te lo explican todo y tu asombrado por el notación, quieres ganas de más…pues no, la película acaba ahí y tu para casa a esperar la tercera película. Que por cierto, para ganar más dinero, la dividirán en dos, como llevan haciendo estos últimos años.

En conclusión, es una película entretenida, pero que por la falta de tensión puede que las dos horas se te conviertan en tres. Esperemos que las siguientes consigan tener la fuerza visual y emocional que el tercer libro te ofrece

"UNA FAMILIA DE TOKIO", HOMENAJE A OZU Y ESPIGA DE ORO

By : El día del Espectador
HIMAR R. AFONSO


SEMINCI ha sido embajada de diversos países para presentar sus películas en un festival que cumple su edición número 58, una edición que nos ha sorprendido con la Espiga de Oro para el remake La familia de Tokio, de Yoji Yamada, quien ha querido homenajear Cuentos de Tokio y dedicárselo a su maestro Yasujiro Ozu.

Normalmente, hacer un remake de una película exitosa suele traer consigo diversas corrientes de opinión, desde quienes aprueban una nueva propuesta, pasando por escépticos y contrarios a repetir algo que “es perfecto ya”, o quienes directamente no muestran interés alguno. Pero en este caso es algo más, porque Cuentos de Tokio es considerada una de las películas más importantes de la Historia, por lo que su remake podría ser interpretado incluso como un acto de arrogancia y desafío; probablemente así sería de no ser porque el responsable de La familia de Tokio es Yoji Yamada, cuya obra alcanza las ochenta cintas y es discípulo directo del maestro Ozu. De alguna manera, podría decirse que si había alguien apto (ya no capacitado) para hacer este remake, era él. Además, contrariamente a lo que sugeríamos más arriba, la película está hecha con sumo respeto y veneración a su referente, con algunos planos idéntico y sin apenas cambios en la historia; incluso, por si quedaba alguna duda, en los créditos finales aparece un rótulo en el que se dedica la obra a Y. Ozu.

Este constante homenaje sirve de principal razón de ser de Una familia de Tokio, cuya humildad y sincera veneración la hace entrañable; eso y la excusa del 50 aniversario de la obra original. Sin embargo, ¿es posible encontrar algún otro motivo para realizarla? Porque, a menudo, los remakes se aprovechan de los años para generar un nuevo discurso con la misma historia acudiendo a los nuevos códigos y el nuevo contexto.

En este caso, pasa algo parecido, pues la historia se desarrolla en el Tokio actual. Eso ya implica un entorno más hostil si cabe para esos padres que vienen a visitar a sus hijos, en la medida en que los pueblos de montaña no han ido a la par en el desarrollo económico. Este Tokio posmoderno, tecnológico y superpoblado modifica de alguna forma el contexto narrativo. Queda la pena de que esta modificación no se perciba en el discurso en forma de cambio, sino en una intensificación de las ideas de Cuentos de Tokio, del cambio generacional, el paso del tiempo y el sentimiento de insignificancia ante un mundo tan vasto, tan diferente. Quizás tenga que ver con que, a pesar de los cincuenta años de diferencia, la sociedad japonesa afincada en los pueblos no ha avanzado tanto respecto al veloz desarrollo de la metrópolis; y en este caso, sí cabe una nueva reflexión respecto a las diferencias económicas entre el mundo urbano y el rural, tomando como escenario una capital mundial referente en tecnología y nuevos mercados, e interactuando con el discurso costumbrista de la obra original.

Kazuko e Isao, dos actores a la altura del proyecto


Si a esto añadimos unos actores francamente buenos, de dilatadas carreras, y una puesta en escena bastante talentosa, parece que el director de El ocaso del samurái ha realizado un muy buen ejercicio que, en última instancia, muestra claros signos de respeto y admiración y un gusto exquisito que hace olvidar, a todos los efectos, cualquier cuestión sobre la necesidad de hacer o no un remake de Cuentos de Tokio.

CORTOMETRAJE: "Untold Tales" de Pedro Alonso Pablos

By : El día del Espectador
ÁLVARO TEJERO

Segunda entrega de la nueva sección del blog destinada a ofrecer un espacio a los jóvenes realizadores y sus propuestas audiovisuales. Si comenzamos hablando de un corto en concreto de reciente estreno , Espérame hasta que acabe el invierno, ahora lo hacemos del trabajo de un animador casi autodidacta y que intenta abrirse paso entre las numerosas propuestas que inundan la red.

Se trata de Pedro Alonso Pablos, realizador que mezcla en sus obras sus dos pasiones: la animación y la música. Ofrece contenidos de creación propia con la forma y espíritu de los cuentos clásicos intentando seguir esa máxima universal de entretener enseñando.

Su principal esfuerzo va destinado a la serie Untold Tales, que tiene como objetivo mostrar cuentos no contados ideados por el autor. Pero como cualquier cuento, su intención es "efectuar un análisis del comportamiento humano del que se pueda sacar una pequeña moraleja o aprendizaje vital" en palabras de su autor.

Esta serie de cuentos cuenta hasta el momento con dos piezas: Riña en la cueva de los ladrones que podéis ver en el vídeo de abajo, y The Fallen Fairy, disponible en la página web del animador . Van acompañadas de música clásica ya que Pedro Alonso Pablos se considera un "gran fan de la música orquestal"; y la idea es que Untold Tales llegue a las diez entregas mezclando en ella la animación en 2D con la 3D.


Tanto esta serie como sus otros trabajos (la serie Twisted, basada en cuentos occidentales, y los cortos de humor absurdo que son En la mente de una oveja) se caracterizan por una animación que juega y se basa en la fuerza de las siluetas y las formas, por encima de unos fondos que aun necesitan cierto trabajo. Parece que nos encontramos en un antiguo teatro de marionetas en el que figuras arquetípicas de cuento se mueven por fondos de sobra conocidos, mirándonos con esos ojos vacíos que centran nuestra atención. Esto sobre todo se observa en la pieza favorita del que escribe este artículo de todas las realizadas por Pedro Alonso Pablos, una adaptación oscura de Alicia en el País de las Maravillas, dónde esos ojos hipnóticos marcan el ritmo bien conseguido por la fusión de las imágenes y la música.


A continuación podéis leer la entrevista realizada al animador, con declaraciones sobre la situación del sector de la animación en España, los métodos de producción necesarios o el papel de Internet en su desarrollo.

Si deseáis conocer más los contenidos del autor y juzgarlos con vuestros propios ojos podéis visitar su página web:  http://www.pedroalonsopablos.com/es/


¿Dónde has estudiado animación?
"Después de pasar fugazmente por la carrera de Arquitectura en la UPM de Madrid y también por Periodismo de la UCM (sin terminar ninguna de las dos lamentablemente), aprendí a usar programas de ordenador de 3D y de tratamiento de vectores. Luego he hecho cursos sueltos y llevo dedicándome al diseño web mucho tiempo por lo que domino las herramientas para hacer animaciones y juegos interactivos. En general, puedo considerarme autodidacta, si descartamos el pequeño aprendizaje de técnicas 3D orientadas a la arquitectura. Se da la circunstancia de que también inicié un aprendizaje musical a nivel hobby que después me ha servido para dar rienda suelta a mi imaginación y poder crear, al cabo de algunos años, mis propias piezas musicales, que incluyo en mis obras. "

Métodos de producción
"Hoy en día la animación es algo muy asequible. El programa "Blender", que se usa para hacer 3D, es totalmente gratuito y pertenece a una fundación sin ánimo de lucro (por eso lo menciono directamente), y es el claro ejemplo de que con un ordenador y mucha voluntad podemos plantearnos hacer casi lo que queramos; pero también hay otros programas musicales, como el Garage Band de Apple, que vienen gratuitamente incluidos en la compra de un ordenador de su marca, y otros muy conocidos de animación 2D y edición de imágenes que se pueden probar y adquirir por "un puñado de dólares" al mes, utilizando un símil cinematográfico. Todo muy asequible, la verdad."

¿Qué se necesita para llegar a ser animador?
"Esta pregunta me gusta mucho ya que hay mucha gente que se piensa que para hacer un corto o animación hace falta un gran presupuesto y contactos en el mundo del cine. Nada más lejos de la realidad. Para hacer una pieza lo que necesitas es un ordenador (y cámara en caso de que sea "live action") y una conexión a internet. La gente es reacia a poner sus cosas en internet pero actualmente hay páginas que están deseando que subas contenido a ellas, y así podrás ir aprendiendo sobre qué es lo que gusta al público y qué no. Luego se puede ir escalando y pasar de Youtube a otras plataformas. Pero no nos engañemos, la partida de la animación se juega hoy en día en internet, cualquiera que tenga el objetivo de salir en la tele creo que se está equivocando y apunta a dirección incorrecta."

Situación del sector en España
"Creo que hay que adecuar los presupuestos a las necesidades actuales, es decir, reducirlos en un 90% y tratar de sacar productos que sean viables económicamente, sin importar la envergadura de los mismos (es decir, si gastas 10 y ganas 15 es mejor que gastar 2000 y ganar 1500, no sé si me explico). Hay muchas oportunidades ahí fuera, sobre todo en internet; yo evitaría, por poner un ejemplo, tratar de obtener un gran presupuesto para un corto/pieza/largo, y en oposición haría lo posible por rodearme de gente valiosa que quisiera ayudar y entre el colectivo crear una obra interesante con los medios que haya disponibles."

Influencias
"En música algunos de mis referentes son Ennio Morricone y John Williams, creo que éste último es un mago de la música de cine, tiene ideas brillantes y bien desarrolladas. No creo necesario comentar ninguna de ellas porque son de sobra conocidas. No puedo, en animación, dejar de mencionar los primeros trabajos de Disney, algunos mangas y otros dibujos que echaban por la tele en los 90 en el canal Cartoon Network...no quiero ponerme nostálgico pero aquello sí que eran buenos dibujos."



“INSIDIOUS: CHAPTER 2”, LAS BUENAS SECUELAS

By : El día del Espectador
HIMAR R. AFONSO


Es bastante frecuente que películas de terror de cierto éxito vean continuadas sus historias en sagas que, en ocasiones, parecen interminables. Es posible que esto se deba a los finales clásicos del género, que dan pie a unos códigos de repetición fácilmente reconocibles. En el caso de Insidious, el final permitía una continuidad directa del momento en el que terminaba, sin necesidad de contar una nueva historia.


Las verdades que encierran los villanos de Insidious
Esto permite un voto de confianza a la secuela de estos viajes astrales (primera secuela que el propio James Wan realiza), ya que una historia independiente tendría todas las probabilidades de contar nuevamente lo mismo, mientras que con una continuación parece posible innovar un poco en el argumento. Y en este caso, a pesar de seguir hablando de los mismos temas (pues el mal no ha acabado), sí que consigue hilar muy bien el desenlace y servirse de forma útil del filme anterior, utilizando algo fundamental para la narración: la sorpresa.

Cómo generar terror cuando se traspasa la fábula
En este sentido, explora aun más algo que, al parecer, no tuvo demasiada aceptación en la primera entrega: el mundo de las sombras, ese mundo entre el Más Allá y el Reino de los Vivos. Aquí aprovechan las circunstancias de la obra anterior para plantear las condiciones espacio-temporales de ese universo. Al carecer de tiempo, se puede acceder a cualquier momento presente, pasado o futuro del mundo de los vivos, lo cual le sirve a los protagonistas -o a sus proyecciones astrales birladas de sus “recipientes”, de sus cuerpos- para encontrar salida y combatir a esos espíritus que intentan hacer el mal. Lo más interesante de esta condición atemporal es que no la explican, sino que asumen el entendimiento por parte del espectador, o por lo menos “le retan” a comprenderlo; y la mayor fortaleza de explorar este mundo fantástico (y de tener la valentía de desarrollarlo) es que convierte al clásico protagonista del relato de terror en un elemento activo, dispuesto a hacer cosas y a enfrentarse a sus miedos y a un mundo de tinieblas, no como ocurre con demasiada frecuencia en el género de terror: que los protagonistas son pasivos, simplemente huyen de lo inevitable o, dicho de otro modo, “esperan a la muerte”.


Personalmente, no me sorprenden las críticas en referencia a ese “universo de los muertos” que en Insidious se decide mostrar y que en Insidious: Capítulo 2 se sigue desarrollando. Parece que al mostrar lo que debemos construir en nuestra fábula, se pierde el sentido del terror... sin embargo, en este caso y dada la importancia de este otro universo, diría que es necesario y de agradecer que propongan un esbozo de lo que sería ese mundo de incertidumbre e inseguridad, y cómo proyecciones astrales que no deberían estar allí (pues son seres aún vivos) desestabilizan su orden natural. Un tema fácilmente traspasable al “mundo vivo” actual, dicho sea de paso. En este sentido, la puesta en escena resulta determinante en esa transgresión de la fábula en favor de lo tangible, y la articulación del trauma infantil y de los recuerdos como origen del mal, como "sombra del enemigo" personalizado en la madre del villano.

El elemento 'geek' insertado en el relato de terror
Lástima por ese desafortunado epílogo que reabre una nueva historia (ahora sí que acudimos a la repetición de códigos) tras finalizar de forma satisfactoria la iniciada en la primera entrega. Con James Wan ya fuera de lo que parece ser una nueva saga interminable (como su inagotable Saw), cabe lamentar esta molesta costumbre de la industria por alargar en el tiempo lo que bien hubiera podido terminar, recordándonos que este medio, antes que un arte, sigue considerándose un negocio de entretenimiento.

Locura, confusión y carcajadas en ¿QUIÉN MATÓ A BAMBI?

By : El día del Espectador

 HUGO MUGNAI
 
Si hay un género que nos caracteriza culturalmente a los españoles no es otro que la comedia. Y es que si bien durante años se ha acusado al cine español de recurrir en demasiadas ocasiones a la Guerra Civil, el humor ha sido probablemente la fuente de muchas de nuestras historias de forma más o menos consciente.  Y en tiempos como los que corren, en los que nuestro cine y nuestra sociedad no se encuentran en su mejor momento, siempre es de agradecer la aparición de una película nacional que destaque en la cartelera con una visión desenfadada y optimista (aunque sea como puro entretenimiento).

Julián Villagrán y Quim Gutiérrez no saben qué hacer con su jefe
Santi Amodeo nos trae una disparatada comedia basada en el enredo absoluto. David (Quim Gutiérrez) y Mudo (Julián Villagrán) se encuentran, tras una serie de desafortunadas circunstancias, metidos en el coche con el jefe de ambos amordazado y semidesnudo en el maletero. Su principal objetivo: dejar a su jefe (que para colmo es además el suegro de David) en algún lugar seguro sin que éste sepa lo que ha pasado. Por otro lado, Edu (Ernesto Alterio) y Gigi (Enrico Vecchi) son copropietarios de una ruinosa pizzería del centro y deciden secuestrar al jefe de la empresa donde trabaja el padre de Edu, para pedir el rescate y poder salir de la ruina. Así, ¿Quién mató a Bambi? se plantea como una obra coral estructurada en dos historias paralelas que se cruzan en determinados momentos.

Quizá el mayor problema del guión es el desnivel entre ambas tramas; pues la primera comienza fuerte, arrancando carcajadas desde los primeros minutos y atrapando al espectador; mientras que a la otra le cuesta carburar, y con unos personajes algo desdibujados y carentes de interés, puede llegar a verse como una interrupción algo molesta de la primera. Pero desde el momento en el que ambas tramas se cruzan, las dos se igualan y encajan perfectamente dentro de la locura general concluyendo en un final precipitado y algo confuso (como, por otro lado, no podía ser de otra manera), pero perfectamente válido.
Enrico Vecchi y Ernesto Alterio son unos secuestradores amateurs

La pareja Quim Gutiérrez-Julián Villagrán funciona a la perfección, y es que en unos papeles bastante sencillos, ambos cumplen y logran crear una empatía de lo más inocente en el público. En la otra trama  las interpretaciones quedan  desdibujadas, pues los personajes resultan algo endebles. Así, Ernesto Alterio no termina de cuajar en su rol de macarra con pocas luces, mientras que Enrico Vecchi logra evolucionar de un secundario poco interesante hasta lograr convencer en un papel cómico por su "exceso de empatía" con el secuestrado. Mención aparte merecen Clara Lago y Úrsula Corberó, pues sus papeles resultan de lo más secundario. Y es que el film de Santi Amodeo, probablemente no pasaría el -cada vez más en boga- Test de Bechdel, que mide en nivel de paridad entre géneros en las películas, pues sus personajes femeninos tienen un papel secundario y bastante pasivo.

Quizá la mayor virtud de ¿Quien mató a Bambi? es que nos cuenta una historia de enredo y caos que no es nada nueva, es un relato contado miles de veces de mil maneras diferentes. Y sin embargo, funciona, gusta y divierte como si fuera la primera vez. No es una obra maestra, ni una comedia perfecta, eso es evidente; pero es un filme que cumple con lo que promete con gran solvencia y un humor disparatado. Y eso ya es mucho.

NOTA: 7’5

THE BRIDGE: ¿cruzamos el puente?

By : El día del Espectador
ÁLVARO TEJERO

Ahora que el frío por fin ha llegado de nuevo a nuestras vidas nada mejor que hablar de una serie donde el calor juega un papel predominante. No solo por transcurrir en la frontera estadounidense-mexicana, en concreto en la ciudad de El Paso, sino por ser una de los estrenos más potentes de la pasada temporada televisiva de verano.

Entre los estreno de este año he encontrado muchas decepciones ( el despropósito de The Following, la falsa trascendencia de Hannibal, la absoluta falta de espíritu vikingo en Vikings o el fácil desarrollo de Master of Sex tras su prometedor piloto) y algún éxito (la adulta House of Cards o la absoluta felicidad de cada capítulo de Bunheads). The Bridge se situaría en el medio. confluyendo en ella una serie de condicionantes que marcan su visionado de forma irremediable:

Es una serie de la cadena de cable F/X. Qué significa esto: cierta austeridad técnica que te recuerda que es estás viendo televisión (algo que no es bueno ni malo de por sí), problemas en la dirección de actores y una tendencia hacia el exceso dramático que termina convirtiendo a casi todas sus producciones en telenovelas o folletines en partes de su trama. Ahí están para corroborarlo propuestas casi siempre de tono masculino como Prison Break, The Shield, Nip/Tuck, Lights Out o American Horror Story.

Los pareja protagonista original
Se trata de una adaptación de la serie escandinava Bron/Broen. La tv norteamericana tiene últimamente dos lugares de los que extraer idea para su televisión: Israel y los países escandinavos. Por supuesto, en seguida salieron las voces de los ofendidos por la capacidad depredadora y la falta de ideas de la industria estadounidense, sin haber visto ni un capítulo de la serie. Como pasa siempre.

La productora ejecutiva y una de las guionistas es Meredith Stiehm, una de las responsables de la increíble en el mal sentido de la palabra Homeland. Este dato se enfrentaba a un interesante avance, un prometedor argumento (la frontera entre USA y Mexico es un lugar que se presta a grandes conflictos) y una pareja protagonista totalmente cinematográfico. El nominado al Oscar Demián Bichir y Diane Kruger, cuya absoluta belleza esconde sus capacidades actorales.

la belleza clásica de Diane Kruger 
¿Cuál es el resultado teniendo en cuenta todo lo escrito?

Pues una serie que se queda a medio camino en todas sus propuestas, que no encuentra su lugar hasta el capítulo final y que no termina de aprovechar el principal interés que ofrece el contexto en que se desarrolla. ¿Por qué le sucede esto? Por seguir la floja e incoherente  línea argumental principal de la original sueca (manos a la cabeza por parte de los que defienden que lo original es siempre mejor).

Todo esto ya se puede observar en el piloto de The Bridge, modélico en este sentido. Esboza la problemática convivencia de la ciudad de El Paso, las disputas entre la policía mexicana y estadounidense, la corrupción mexicana y la ceguera voluntario al otro lado de la frontera; y por supuesto el triste misterio de las mujeres desaparecidas en las grandes ciudades mexicanas. Este es el problema que centrará el argumento de la segunda temporada.

Pero por otra lado en el piloto también se ven las intenciones de un asesino en serie con aires de denuncia cuyos motivos verdaderos provocaran la risa involuntaria y a punto están de cargarse toda la serie. Y esos motivos, y ese asesino están calcados de Bron/Broen. Cuando se alejan de ello para centrarse en todo lo que ofrece la frontera y los problemas la serie crece. Lo mismo que le ocurre a su hermana The Killing, que al tomar su propio camino en su segunda temporada crece hasta convertirse en una de las mejores series de esta nueva edad de oro televisiva.

Imagen que define el conflicto de la serie

Acompañando todo el problema central una de cal y otra de arena. Presentación de personajes interesantes que se olvidan, sobreactuación y excesos melodramáticos; una gran pareja protagonista (de nuevo personaje femenino con problemas de conducto y trastornos psíquicos como en Homeland), una conseguida atmósfera asfixiante, o violencia seca.



Puede parecer que no hay manera de salvar la serie, pero no es así. La línea abierta en el último capítulo incita a la esperanza, los personajes de Kruger y Bichir han conseguido una potente química y esconden muchos secretos, y nos encontramos con muchos frentes abiertos oscuros. Un thriller que no sabe si quiere ser una radiología social. Esperemos que en la segunda temporada opten por cruzar definitivamente el puente y mancharse las manos definitivamente con el tráfico de drogas, la trata de mujeres o el crimen organizado. Las bases ya las han sentado

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