Posted by : El día del Espectador mayo 09, 2013


DIEGO REAL



Se nos ha ido un mito, un genio que con su trabajo de artesanía nos hacía viajar a extraños mundos de fantasía en una época predigital. Un época en la que los efectos especiales transmitían magia en cada movimiento y no la fría presencia del ordenador. Ray Harryhausen fue (y es ) uno de los maestros  del stop-motion, con permiso del fundador de la escuela checa: el gran  Jiří  Trnka. El 7 de mayo de 2013, nos abandonaba el mago de los efectos especiales tradicionales.

Desde este humilde blog, hemos querido rendir homenaje a Harryhausen. Como ya hay total saturación de repasos cronológicos de su filmografía y multitud de anécdotas biográficas, he querido hacer un tributo a las obras que jamás se filmaron del artista pero que años después tuvieron su versión cinematográfica. Sin duda un interesante repaso que os descubrirá la cara oculta del genio del stop-motion.

La guerra de los mundos (1949). Entre 1842 y 1944, Harryhausen reescribió el clásico de H.G Wells añadiéndole varios detalles: la acción sería en el Estados Unidos de la actualidad y los extraterrestres pasarían de ser trípodes a tener forma orgánica. Esta última idea la descartó. En su afán por llevar adelante el proyecto rodó una prueba de cámara en la que se presentaba a uno de los marcianos. Pese a esto, Paramount, que tenía los derechos de la obra, se negó a financiarla. Orson Wells, encargado de la adaptación radiofónica, tampoco quiso saber sobre el proyecto.


John Carter de Marte (1958). Tras el éxito de Simbad y la princesa, Charles H. Schneer y Ray decidieron escribir la historia de John Carter, popular personaje de Edgar Rice Burroughs y que se quería llevar a la gran pantalla desde 1931. Poco más se supo del proyecto.

Conan (1969). Otro de los personajes clave la fantasía épica también estuvo en la mente de Harry hausen. Tras finalizar The Valley of Gwangi (película de 1969 dirigida por Jom O´Conolly que narraba las hazañas de un grupo de cowboys contra dinosaurios) Charles y Ray intentaron trabajar en el personaje. Por problemas de derechos finalmente abandonaron la idea.

El Hobbit (1974). Tras plantearse adaptar El señor de los anillos después de El viaje fantástico de Simbad, Schneer y Harryhausen se centraron en El Hobbit. Curiosamente, Ray pensó que la mezcla de imagen real y stop motion no daría buen resultado en la obra de Tolkien y que sería preferible una adaptación en animación tradicional. Ralph Bakshi en 1978 llevó a cabo esta idea.

La princesa prometida (1982). La productora Amicus, rival de la Hammer, quería adaptar la novela de William Goldman y pensaron en Harryhausen de inmediato. Él se negó debido a que ni le atraía el guión ni tenía mucho que hacer en la producción.

Hasta aquí el repaso. Invito a todo a que revisen la obra del genio y que complemente los visionados con el imprescindible libro de Carlos Díaz Moreno: Ray Harryhausen. El mago del stop-motion.

¡LARGA VIDA A HARRYHAUSEN! Él hizo que nuestros sueños se movieran fotograma a fotograma.



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