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- CICLO SHYAMALAN: La naturaleza de "El incidente"
Posted by : El día del Espectador
diciembre 05, 2012
HIMAR R. AFONSO
El incidente
(The Happening, 2008) es el último trabajo que realizó el director
M. Night Shyamalan en la misma línea original que llevaba hasta el
momento, pues Airbender, el último guerrero (The Last
Airbender, 2010), su última película estrenada, se sale
completamente de este marco, y tampoco le dedicaré más tiempo.
En cuanto al tema que nos
ocupa, El incidente se presenta igual de interesante que su
trabajo anterior, si bien pasó desapercibida. En muchos aspectos,
diría que la obra plantea premisas y ejecuta consecuencias más
violentas y sobrecogedoras que sus predecesoras, pero también es
cierto que no termina de emocionar.
El planteamiento es
sencillo: alguna sustancia que parece trasmitirse a través del aire
provoca que la gente se paralice y se autolesione, generando
suicidios masivos allá donde se propaga. Tan extraños son los
sucesos como escalofriantes, generando además la incertidumbre de no
saber a qué te enfrentas; parece ser que a las plantas,
insinúan en la película (mostrando su segunda línea argumental,
“el juicio de la Naturaleza”). Así, hay dos corrientes a
seguir, como es habitual en el director, apelando por un lado
al máximo exponente del suspense (el “no ver”, el “no saber”)
como al mensaje fatalista de la Naturaleza ejecutora de una
implacable sentencia contra los actos del Hombre.
La irregularidad se
percibe tanto en los giros extraños del relato como en el tono, que
se debate entre el impacto y el extraño humor que intenta conseguir,
con momentos como la escena “rara” (no sabría qué otro adjetivo
ponerle) en la que los protagonistas entran en una casa-plató y
vemos a Mark Wahlberg hablándole a una planta de plástico... tiene
cierta intención, pero desentona con el dramatismo que busca en
otras escenas como los obreros tirándose por el tejado, los tiros a
bocajarro a adolescentes en el porche de la granja o la gente
paralizada en los parques públicos. Es difícil encajar un
protagonista con cierta gracia espontánea con la búsqueda de
secuencias místicas y escalofriantes.
Y a esto añadimos el
elemento que, creo, es el más interesante de la historia, tanto por
su intención como por su inestabilidad. Me refiero al personaje de
Betty Buckley, la tétrica anciana que acoge a Eliot y Alma
(el citado Wahlberg y la robótica Zooey Deschanel, respectivamente)
en su casa descontextualizada de la propia realidad. Esta parte de
la película parece una especie de abstracción del relato en la que
los protagonistas se toman un descanso, y los espectadores también.
Sin embargo, pronto percibiremos en Mrs. Jones, la señora, su
personalidad inquietante, pasando casi a la estereotipada película
de terror situada en el espacio de una “casa encantada”, alejada
de cualquier centro urbano y con una vieja o una niña como presencia
aterradora. Este es su error, pasar de repente del cine de
suspense y la catástrofe al terror ventajista. ¿Cuál es su virtud?
Creo que Shyamalan
buscaba algo más con este voluntario cambio en la narración. No
pasan desapercibidas las frases de Mrs. Jones que, fuera de contexto,
adquieren un significado mucho más general, por ejemplo la que dice
cuando le preguntan que cómo es posible que no se haya enterado de
lo que está pasando en el mundo; ella dice algo así como “no
me preocupo por el mundo porque el mundo no se preocupa por mí”.
A esto incluimos sus gigantescos huertos, casi un trozo de naturaleza
que cuida ella. Es un personaje interesante más allá de que
caiga en la triste función de asustar con su presencia. Pero de
alguna manera, todo va encajando en este cambio que Shyamalan
propone: la casa abstraída de la realidad ficticia del relato, el
cambio de tono, las frases de Mrs. Jones o sus plantas; podría
decirse que la misteriosa mujer sirve de testimonio de la Naturaleza,
personificándola, como única explicación posible de lo que está
ocurriendo en las distintas ciudades. Y realmente creo que no es
necesario hilar fino para ver esto. La pregunta es si vale la pena
o si encaja con el resto de la historia, ahí es más complicado
posicionarse.
Creo que la película es
notable en su arriesgada propuesta de apelar a la paranoia social, al
fin de nuestro tiempo a través del misticismo y lo conmovedor de
situaciones que son difíciles de asimilar, pero falta trabajo en los
personajes, poco interesantes, y en los actores, poco resolutivos. El
universo que se construye en torno a una visión general de los
ciudadanos, se derrumba en cuanto atendemos a los personajes
particulares que nos presentan, de los cuales es difícil encontrar
uno que valga la pena. Muy interesante, con bastante ingenio en
ocasiones y un gran trabajo para conseguir la hipnosis de la que
hemos hablado, pero se cae por su propia inestabilidad.
Uno de los comienzos más potentes de los últimos años desperdiciado por el camino. El problema de la carrera d Shyamalan es como insinúas en el texto la abstracción. Ha primado la metáfora, el simbolismo, el mensaje, la abstracción en contra de la historia y sus personajes, Esperemos que camino toma con su siguiente película
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que es un inicio de película realmente potente, y estoy de acuerdo en que Shyamalan trabaja la abstracción y el simbolismo. En esta película los personajes son muy pobres, pero me niego a darte la razón, querido amigo, en que Shyamalan vaya en contra de las historias, cuando pienso que es uno de los mejores contadores de historias que hay hoy en día. Y desde luego, no veo tal descenso en su carrera, salvo el paréntesis de la trágica Airbender... pero bueno, sigo viéndome muy solo en este tema, Shyamalan no es muy querido.
ResponderEliminar(Himar R. Afonso)