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- LA LEGO PELÍCULA: oda a la posmodernidad
Posted by : El día del Espectador
febrero 18, 2014
“¡Todo es fabuloso!”. Así
podría resumirse la última gran película de animación: La Lego película. Lego lleva años expandiendo su universo de
bloques hacia el mundo del videojuego con resultados más que aceptables y por fin se ha decidido a dar el salto a la gran pantalla. De la
mano de Phil Lord y Chris Miller, directores de Lluvia de albóndigas (2009), llega una película deliciosamente
excesiva y plagada de referencias a la cultura popular hasta límites
insospechados. La Lego película es
sin duda una de las grandes esperanzas de la animación de este 2014 y seguro
que va a dar que hablar.
Emmet (Chris Pratt) y Supercool (Elizabeth Banks) tendrán que evitar el fin del mundo Lego. |
Y es que la gran baza de este
branded content (película hecha a
partir de una marca) es transmitir la filosofía Lego que todo aquel que haya
jugado conoce: la imaginación no tiene límites. Con una de las animaciones más
caóticas y excesivas de los últimos años, la película cuenta la historia de
Emmett, un sencillo obrero que un día descubre que es el elegido por una
antigua profecía para impedir el fin del mundo. El argumento, de sobra conocido
en el cine de animación (véase ¡Rompe
Ralph!, El Lorax, Cómo entrenar a tu dragón…), es lo de
menos gracias a la agradable frescura del filme y a un humor descacharrante y muy
gamberro. La clave es sin duda ese espíritu de mestizaje tan propio de Lego que
se traduce en mezclar en una misma historia a Batman, Gandalf, Dumbledore, Shaquille
O’Neal, William Shakespeare, Abraham Lincoln, Lando Calrissian y muchos otros. ¿A
quién se le podría ocurrir semejante popurrí de personajes? El guión es de los
mejores en animación y recuerda mucho a Toy
Story (John Lasseter, 1995) aunque con una voz propia y con una enorme
capacidad de autoparodia. Es realmente genial y refrescante ver cómo Batman se
cree más de lo que es, como Lando Calrissian intenta ligar con la protagonista
así como ver a Abraham Lincoln alejándose en su sillón volador.
Algunos de los personajes principales del filme. |
Lo que más grande hace a La Lego película es su arrolladora espíritu
de reutilización. Siguiendo al pie de la letra el espíritu de Lego de coger
piezas de distintas partes y crear algo nuevo, los guionistas han mezclado todo
lo que han podido. Las referencias son casi infinitas: Star Wars, Batman, Superman, El señor de los anillos, Harry
Potter así como muchas otras más difíciles de identificar pero que recuerdan
mucho a otras películas. Toda la película es una mezcolanza de géneros
cinematográficos pasados por el filtro de la parodia más sui géneris. Su historia, su puesta en escena, sus personajes… Ni
uno solo de estos elementos son nuevos, pero es la forma de combinarlos lo que la
hace tan original. El mero hecho de contar una historia con muñecos de Lego es
ya un gran éxito pero si a esto se le añade acción, drama, comedia, aventuras y
amor con ese toque de humor tan desenfadado se obtiene un producto que bien
vale la pena. La película es, por tanto, como un impresionante edificio perfectamente
construido con piezas de distintos tamaños, formas y colores que se combinan de
una forma totalmente armónica (e inesperada).
Y ¿qué decir de esa gran
animación? La Lego película optó por
animar digitalmente las piezas de Lego en lugar de lanzarse a hacer un
complicadísimo stop-motion. El resultado:
una animación fotorrealista tan lograda que parece un verdadero stop-motion. Cada pieza y cada muñeco
tiene una textura tan realista que uno no creería que se trata de animación
digital. Sobre todo en los primeros planos de las caras se pueden notar las típicas
muescas que todo Lego tiene, así como la forma en que la luz se refleja en sus
superficies y en como se respetan las articulaciones de los personajes (al
contrario que en los videojuegos de la marca danesa). Y uno de los grandes
detalles, casi imperceptibles pero capaz de marcar la diferencia, son esas
huellas dactilares que pueden apreciarse en algunas paredes o en el cuerpo de
los protagonistas. Pero aparte del modelado de personajes y escenarios la animación
propiamente dicha es de un grandísimo dinamismo, sobre todo por la enorme
imaginación que destilan explosiones, humos y sobre todo líquidos. De lo mejor
de la película.
¡EMMET! |
Cualquiera podría decir que
hacer una película a partir de unos juguetes es una chorrada (y ya hay
precedentes). Pero desde luego este es el caso contrario: un enorme anuncio de
100 minutos que no solo entretiene si no que enriquece. Sobresaliente.
NOTA: 9
P.D.: el vídeo de abajo es un pequeño regalito con las tomas falsas de la película. ¡Descacharrante!