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Posted by : El día del Espectador
octubre 03, 2013
ÁLVARO TEJERO
Una
de las mayores muestras de respeto que existen es la disputa entre dos
contendientes por un mismo objetivo usando todas las herramientas a su alcance.
Esa es la base del deporte, de la competición. Y Ron Howard y su guionista
Peter Morgan lo han comprendido a la perfección ofreciendo una de las mejores
películas deportivas de la historia y de largo la mejor cinta de Ron Howard por
encima de Willow o Cinderella Man, y por supuesto a años
luz de su obra más premiada, Una mente maravillosa.
La
Fórmula 1 es un deporte puramente europeo, y al igual que el fútbol (John
Houston con Evasión o Victoria) , ha
tenido que venir un estadounidense sin idea sobre ella para ofrecer su mejor
versión en la pantalla.
Rush
funciona como una carrera de F1 (la de los 70, por supuesto), transcurre a toda
pastilla, a altas revoluciones y ofreciendo pura emoción en cada curva de la
historia. Sientes el olor de las gomas quemadas, el ruido atronador de los
motores, la lluvia golpeando el casco de los pilotos o el riesgo en cada
adelantamiento a la vez que fascina al espectador con la rivalidad vital y
profesional de los dos protagonistas de la historia: Niki Lauda y James Hunt.
Hunt: "de qué sirve el éxito si no puedes disfrutarlo Lauda: "La felicidad es el enemigo, te debilita" |
Un
duelo entre dos personajes totalmente opuestos en su concepción de la vida, que
jamás serán amigos y que se enfrentan en cada metro del circuito y en cada
conversación fuera de ellos, pero que se respetan profundamente y consiguen
alcanzar sus objetivos gracias a la presencia amenazadora del otro. Ninguno de
los dos puede existir completamente sin el otro y su grandeza no sería la
misma. Eso lo plasma a la perfección en el guión Peter Morgan, con unos diálogos
brillantes y tratando por igual a los protagonistas, y lo reafirma Howard
siguiendo equitativo, sin mostrar favoritismos por ninguno de los dos. Todo lo
contrario que el aclamado documental Senna
que demonizaba a Prost mientras idolatraba a Senna.
Natalie Dormer, una de las muchas mujeres de Hunt |
Aquí
puedes elegir a tu personaje favorito pero jamás odiarás al otro, al mostrar a
ambos como dos personajes humanos, con sus grandezas y debilidades, sus temores
y sueños. Hunt amante del riesgo, las mujeres y el éxito. Lauda calculador,
arrogante y profesional. Esa es una de las mayores éxitos de Rush.
Técnicamente,
Rush es simplemente brillante.
Narrativamente, perfecta. Interpretativamente, digna de elogio. Y
emocionalmente, pisa el acelerador hasta dejarte sin respiro. Una cinta casi
perfecta a la que solo le sobran un par de planos (los referentes al personaje
de Olivia Wilde) y que ofrece en menos de dos horas un espectáculo sin respiro
para amantes del cine, no para solo para amantes de la F1 (de hecho, carreras
no hay muchas).
Y
posiblemente, esta grandeza no se hubiera podido alcanzar sin la unión entre el
cine europeo y el norteamericano. Rush
es una coproducción que combina el sentido del espectáculo del mejor Hollywood
(con Howard y todo el equipo técnico a la cabeza) con la firmeza y conocimiento
del tema europeo (guionista y actores). El dinero europeo permite mostrar los
desnudos y violencia necesaria para la película permitiéndose mantener la
famosa R en USA sin perjuicio para la sostenibilidad económica del proyecto.
Y
ambas partes dan lo mejor de sí. Howard alcanzando su cénit como director
después de 30 años de carrera, Morgan viendo como sus guiones alcanzan mayor
dinamismo, Hans Zimmer descansando de sus composiciones estilo Nolan o Brühl
demostrando al fin su valía completa (Hemsworth reafirma que es uno de los
actores más en forma de la actualidad).
Este fotograma ilustra la perfección técnica de la película |
Todos
ellos, junto a un montaje y fotografía de obligada nominación consiguen
transportarnos a la década de los 70 del pasado siglo, una época dónde la F1
era pura adrenalina con la muerte a la vuelta de la esquina y las rivalidades
deportivas aun no estaban dominadas por lo políticamente correcto. El respeto
no era dar una buena imagen a los niños, era competir respetando a los rivales
y los aficionados. Una de las películas del año.
NOTA:
10