Hace 2 meses
- Back to Home »
- Cine , Críticas , Hugo Mugnai »
- JOBS, UN BIOPIC EVITABLE
Posted by : El día del Espectador
septiembre 20, 2013
HUGO MUGNAI
El género del biopic
(una película construida en torno a la vida de una celebridad) es con seguridad
uno de los más difíciles, pues seleccionar y narrar uno o más periodos de la
existencia de alguien y hacer con ellos un fiel retrato del personaje en
cuestión es todo un reto para el guionista. Si a esto le sumamos que el sujeto
es Steve Jobs, una de las figuras más célebres y idolatradas de las últimas
décadas el reto toma un cariz de casi heroicidad. Y es que hablar sobre un
personaje tan complejo como el desaparecido ex dueño de Apple probablemente
genere dos bandos muy marcados: los seguidores de la manzana y sus detractores
más acérrimos.
Partiendo de esta
premisa, crear un reflejo de este rebelde emprendedor, el apenas conocido
Joshua Michael Stern –con tan sólo dos mediocres films a sus espaldas-, decide
dirigir lo que a todas luces es un intento fallido de aprovechar el tirón de la
marca informática más famosa y el fallecimiento de su creador para arrastrar a
todo sus seguidores a las salas.
La historia nos
presenta a un joven Steve Jobs recién expulsado de su universidad. Se trata de
un tipo solitario, casanova, muy interesado por la innovación informática y que
siempre va descalzo. Al conocer el invento de su compañero Wozniak, Steve se da
cuenta de que las posibilidades de los ordenadores personales aún están por
explotar, y junto a ‘Woz’ y otros cuatro amigos, ponen en marcha Apple
Computers, una empresa informática en el garaje de su casa. La carrera de Steve
apenas acaba de empezar.
Sin embargo el
problema reside en la base de la película; el espectador termina el film sin
apenas conocer a su protagonista que, envuelto en un halo de soledad y
genialidad a partes iguales, cambia a cada rato su conducta sin motivo
aparente. Nadie entiende al pobre Steve, visionario incomprendido, ni siquiera
el guionista.
Podría uno caer en
lo fácil y culpar al eternamente joven Ashton Kutcher por las carencias de su
papel, pero lo cierto es que el que fuera Michael Kelso en Aquellos maravillosos 70 cumple de forma correcta en su rol. Amén
de transformaciones físicas, maquillaje, y un natural y asombroso parecido
físico, parece quedar claro que Kutcher es más que una cara bonita y está a la
altura del papel. Y es que de nuevo, los problemas vienen del guión, ya que el
personaje está a todas luces mal construido.
Probablemente si
nombramos a Matt Whiteley el nombre nos resulte desconocido, y es normal.
Porque el guionista de Jobs no había
escrito nada conocido hasta el momento...y se nota. La narración avanza a
trompicones, y mediante secuencias de montaje somos testigos de como la vida de
Steve avanza sin que nos la cuenten, con trampa y con cartón. Así, apenas vemos
una “selección de escenas” de su vida que para colmo resultan obvias y poco
sorprendentes. Pero el toque de gracia llega cuando de forma inevitable el
espectador se da cuenta de que lo que está viendo no es ni más ni menos que una
versión escuálida de La red social
(David Fincher, 2010). Pero entre ambos films hay un abismo con nombre y
apellido; Aaron Sorkin. Y es que el que fuera creador de El ala oeste de la casa blanca puede gustar más o menos, pero tiene
una capacidad prodigiosa para estructurar la acción, y especialmente para el
desarrollo de diálogos inteligentes. Mientras que en su película el personaje
de Mark Zuckerberg queda retratado al detalle (aunque de forma muy fría), en la
del desconocido Whiteley, Steve Jobs es apenas un espectro, un poster del personaje.
Poco más queda por
decir acerca de un biopic que pasa con más pena que gloria y que deja un agrio
pero conocido sabor a TV Movie en el espectador. Una pena, para esto ya
teníamos Piratas de Silicon Valey
(Martyn Burke, 1999).
NOTA: 6