Posted by : El día del Espectador julio 19, 2013

DIEGO REAL

Tuve la oportunidad de disfrutar de Expediente Warren: The Conjuring en la gala de clausura de Nocturna. Se nos vendió como la panacea del terror y la verdad es que cuando entré en la sala me acojoné. Los señores de Warner habían montado un dispositivo de seguridad con dos arcos detectores de metales y altos señores trajeados que te confiscaban tus objetos personales para evitar que grabaras la película o que te pusieras a disparar contra el público. Eso no es todo, además tenías que comprometerte a no hablar de la misma porque claro, un español puede ver la película pero jamás opinar de ella antes que un americano. Mi cabreo no terminó ahí ya que después del visionado y tras las desproporcionadas medidas, algunos comentaron en Twitter que les pareció. Claro, esos no eran vulgares medios  como este, eran medios de pasta que su opinión si que importaba (si hubiésemos sido nosotros, no se que hubiese pasado, eso sí que sería un Expediente Warren).  

Pese a esto,  The Conjuring tuvo una tremenda acogida ante el público que llenó la sala. Tristemente, esa película no fue la última. Aún quedaba Dark Skies, una sencilla película sobre extraterrestres que me dejó hipnotizado por su sobriedad y elegancia. La sala estaba casi vacía y los pocos asistente se reían porque un par escenas eran similares al film de Wan. Estos ignorantes quizás no sabrán que ya estaban en otras películas, o lo más preocupante aún: que Dark Skies es anterior a The Conjuring. ¿A qué viene todo esto? Que de no ser porque la película no me convenció, ahora no les haría publicidad. No me lio más y sigo con la crítica.


            

Expediente Warren. The Conjuring es lo último del director James Wan. Este director, al igual que otros realizadores de terror contemporáneos, nos venden un producto mil veces visto pero insisten en hacernos creer que es algo nuevo cuando es lo de siempre pero más efectista. El señor Wan es todo un charlatán, un taquillero de El tren fantasma de cualquier feria de pueblo que año tras año le cambia los dibujos a la atracción y le añade un falso piso más, cuando en realidad es la misma atracción de hace 15 años. Vale que Saw fue un soplo de aire fresco pero Silencio desde el mal o la tremendamente sobrevalorada y boba Insidious eran más de lo mismo. Eso sí, el tipo al menos sabe aprovechar todos los recursos. Los efectos especiales son solventes y hay algún plano y movimiento de cámara que quita el hipo. Aquí el malasio ha sabido aprovechar el bajo presupuesto (13 milloncejos, aunque Dark Skies solo costó 3,5 y NADA tiene que envidarla).
El pelo de este señor y su aspecto de novio de Brüno si que es aterrador.
Ya lo he señalado anteriormente y lo recalco, el género de terror  ha pasado a ser el género “casa del terror”. En vez utilizar la sugestión para establecer un pacto cómplice con la película y  llevarte de la mano hacia caminos inquietantes y conseguir sugestionarte (como El Resplandor, magnífica película de mi querido y odiado Kubrick), ahora, y quizás debido a estos tiempos que corren, solo quieren el sustito fácil, el que recordaremos y venderemos a nuestros familiares y amigos como “uno de los puntos de la película”, en vez que todo el conjunto sea lo que nos genere ese “miedo”. Esta es una de las lacras de The Conjuring, lo desaprovechada que está la historia real en la que se basa. Durante el visionado eché de menos más tensión entre el matrimonio de investigadores, más elementos de su vida como por ejemplo, el subtrama de sus problemas como padres (desaprovechada), o una mayor importancia a su museo, que es totalmente real y se pierde en el artificio. Solo tenemos que ver como es en la realidad la muñeca Anabelle:

También deberían haber explotado el puntazo del transporte de entes por portales. Os parecerá raro pero si vais a ver la peli lo entenderéis. Por cierto, aquí ya me revuelvo y me rebelo. Uno de estos puntos de susto fácil de los que tanto me quejo, me divirtió bastante y es el de las palmadas. El mejor punto y te lo joden en los anuncios. Sois unos genios.

El trabajo actoral es sin duda una de las fuertes del film. El matrimonio Warren está desnivelado a favor de una tremenda Vera Farmiga y, sobre todo tengo que destacar el tremendo trabajo de las niñas, en especial Joey King. Me sobra totalmente la pareja de personajes simpáticos/monguers en especial el colega asiático guay, que parece que si fuera negro en algún momento se pondría hacer a rapear a ritmo de psicofonía. También se ha ganado mi confianza Lili Taylor, a la cual aborrecí en ese absurdo remake que fue The Haunting  (1999).

En resumen, The Conjuring entretiene y al menos rescata las casas encantadas que tan buenos resultados dio en películas como la saga de Amityville, la cual fue investigada en la realidad por Ed y Lorraine Warren.


Clavadicos a Vera Farmiga y Patrick Wilson
Si quieres ir con tu ligue al cine para pillar cacho, déjate guiar por los anuncios y ve al cine de cabeza porque sustos hay y lo pasarás bien aunque la olvidarás. Si todavía no te has dejado convencer por la publicidad, busca alternativas mejores.

Desde aquí, recomendar a todo el mundo que se informe sobre el matrimonio Warren y sus hazañas, entre las que se encuentran practicarle un exorcismo a un hombre lobo. ..¿Argumento para la secuela? ¡Ojalá! Ganaría en bizarrismo y se tomaría menos en serio.





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