Posted by : El día del Espectador junio 30, 2013


HIMAR R. AFONSO



Cualquier opinión sobre una película es legítima. Por lo general, la obra de Shyamalan no ha conectado con un público demasiado amplio, su fama llegó con una obra difícil de superar y, en lo que se refiere a la taquilla, ha ido a cuestas una y otra vez. Yo diría que esa especie de fenómeno social en torno a El sexto sentido fue bastante perjudicial, perdió exclusividad y el amplio análisis que se puede hacer de las diversas capas de ese filme, se vio reducido a escenas o frases emblemáticas y que representan muy mal todo lo que significa El sexto sentido. A partir de ahí, yo puedo decir que todo lo que ha hecho M. Night Shyamalan hasta El incidente, mantiene (y supera) el nivel.



Ahora que tenemos todas las cartas sobre la mesa, que ya queda clara mi opinión general del director hindú, voy a realizar una breve crítica de su última película, After Earth, a la vez que expreso mi total incomprensión hacia la mayoría de opiniones respecto a la misma y respecto al cineasta. Dadas las críticas, la forma de matar, injuriar, destrozar y descuartizar esta superproducción, y sobre todo teniendo el antecedente de Airbender (un verdadero despropósito), no es que fuera yo con demasiado entusiasmo al cine. Pero lo que puedo decir es que, después de una racha bastante floja (Iron Man 3, Oblivion, El hombre de acero...) me he encontrado con buen entretenimiento. Una historia más que sencilla, centrada en la supervivencia y, por tanto, sin necesidad de dar grandes explicaciones a temas que confluyen (aunque es cierto que algunos podrían ser explicados). No es difícil intuir que Jaden Smith no va a llegar lejos como actor, que esta película la produjeron Papá y Mamá para que su hijo tuviera otro papel protagonista y que la propia historia, la idea, es de Will. Diría que Shyamalan, Gaghan y Whitta han explotado bastante bien las posibilidades del argumento, trabajando de forma más que notable sobre la idea del miedo, tanto en el discurso alrededor de la supervivencia como en la realización (¡sí, lo mejor de la película es el trabajo del director!). Cuando el argumento se reduce a un objetivo para cuya consecución el protagonista se verá expuesto a múltiples obstáculos, una de las cosas más importantes para la narración es la tensión. Y tensión genera la película de sobra, incidiendo y trabajando sobre la idea del miedo, de anticipar lo que va a ocurrir, de no centrarse en tus sentidos, en el presente. Eso que tan a menudo ha conseguido Shyamalan de anticiparte lo que va a ocurrir y lograr, igualmente, asustarte o emocionarte.

Hay algunos elementos poco valientes. Como ocurriera en Oblivion (J. Kosinski), se dan razones externas para esa hostilidad de La Tierra hacia el Ser Humano, lo cual cambia el punto de partida en el que la película parecía basarse. Al igual que algún momento que lidia entre lo emocionante y lo bochornoso o los límites de Jaden entre la interpretación aceptable y la excesiva. Francamente esperaba algo bastante peor del hijo de Will Smith; diría que solventa bien el papel. También se echa de menos (o yo lo eché de menos) algún tipo de sugerencia o de reflexión en relación a lo que La Tierra, nuestro hogar, se ha convertido. Pero no, el subtexto se reduce a la relación padre-hijo que, a título personal, no me interesa más que lo otro. Aún así, la acción está muy bien desarrollada, la historia se narra con buen ritmo, con momentos de pausa, muy acertados, y otros veloces, y las situaciones de peligro son envolventes. El miedo hacia un medio hostil y la sensación de constante exposición es una de las mayores fortalezas de After Earth y el final es correcto. No es una película que pretenda ser más de lo que es, parece consciente de sus limitaciones, y eso siempre ha sido una virtud.


Con todo esto, viendo sus limitaciones y sus problemas y viendo sus fortalezas y sus virtudes, me cuesta sinceramente comprender la campaña que se ha creado en su contra, mayor a la que se suele crear contra Shyamalan en cada película que estrena, lo cual ya es difícil. Con Airbender lo habría entendido, porque no hay por dónde cogerla, pero en este caso no. The Hollywood Reporter, Variety, San Francisco Chronicle, The New York Times, Rolling Stone... y algunas más, porque en España no se quedan cortos tampoco. He oído según salían los créditos de la película que el problema es el director, he leído críticas que exclaman, muy orgullosas por su ingenio, que Shyamalan sigue a la deriva, que es un arrogante, que ha contagiado a Will Smith (verdadero responsable de la obra, dicho sea de paso)... de verdad, acepto y aplaudo a quien critique la película con argumentos, que también los hay y también los he leído. Pero no sé qué ha hecho mal este hombre en su carrera, en qué momento ha ofendido a tanta gente o cuándo se ha ganado el odio incondicional de la industria (porque para mí los críticos, que se jactan de proclamar que son meros espectadores, forman parte del negocio e influyen bastante en la opinión general, me remito al espectador que no esperó ni un segundo para pensar en la película y sentenciar que el problema era Shyamalan).


No me malinterpreten, yo creo que todo el mundo tiene derecho a opinar e incluso a tenerle manía a un cineasta. Yo tengo varios en mi “lista negra”, eso está al orden del día. Lo único que quiero expresar aquí es que no comprendo cómo se ha generalizado tanto alrededor de M. Night Shyamalan un odio colectivo que empieza en la crítica internacional y termina en los pocos espectadores que suele tener. Sigo sospechando que El sexto sentido tiene mucha responsabilidad al respecto, y que las historias de Shyamalan, durante la década pasada, sacaron los colores a más de uno que a golpe de talonario te hacía películas que podrían salir de la mente de un niño de seis años. En mi opinión Shyamalan ha puesto las pilas a más de uno.

Centrándonos en After Earth, creo que se trata de buen entretenimiento y, teniendo en cuenta que gran parte del público va al cine para entretenerse, no veo cuál es el problema. Oblivion sí que era un problema, o el lamentable Superman contemporáneo. El mayor éxito de una película de estas podría ser que un espectador no tuviese problema en volver a verla una tarde para pasar el rato, para entretenerse. En mi caso, ha triunfado. Eso sí (y lo digo públicamente), hecho de menos al Shyamalan de las bajas producciones, sus guiones sofisticados, su mezcla de géneros y su profundidad emocional. Evidentemente, After Earth carece de todo eso.

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