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Posted by : El día del Espectador
diciembre 10, 2012
NÉSTOR SÁNCHEZ
Negar que la televisión de Estados Unidos está viviendo una
época dorada en cuanto a series, sería una autentica blasfemia. Las cantidades
desbordantes de series que nos han llegado, han hecho que muchos de nosotros
suframos adicción a la televisión, más conocida como “televisionitis”. Ha
conseguido que nos encerremos en nuestro cuartos y le demos al play a cualquier
reproductor online. Con esto no quiero decir que no exista gente, que espere a
verlas en televisión, pero no se puede negar, la perdida de romanticismo que ha
sufrido este sector.
No habré dicho yo veces: “No quiero ver nada, que luego me
engancho y uno no puede parar”. No se si tendrán heroína, anfentas, farlopa, o
es que las hacen de puta madre, pero uno ve 5 minutos de un capítulo y quedará
atado a ella hasta que finalice.
Para ir centrándonos en el tema, dividiremos dos tipos de
series: dramas y comedias. Las primeras suelen durar entre 40 y 60 minutos, y
las otras, sólo 20. Éstas segundas debido a sus escuetas dosis que nos
suministramos, son las más seguidas entre los amantes de la televisión. Puedes
encontrar de todo tipo, desde amigos que viven juntos en un piso, familias
disfuncionales, lugares de trabajos… y dentro de éstas, hay muchas más
subdivisiones. Y esto se ha ido repitiendo una y otra vez desde los confines
hasta el año 2009, que fue cuando nació la sitcoms de las sitcoms… (redoble de
tambores)… COMMUNITY
Esta serie no es como las otras, intenta dar un paso más allá
del humor. Es verdad que su categoría de sitcom, como su propio nombre indica,
limita sus posibilidades, debido a que se basa en situaciones. Pero consigue
estirarlas hasta límites insospechados mediante el uso de la herramienta de la
televisión por excelencia, la autorreferencia. Como las manos de un artesano
trabajan la materia prima, los guionistas y creadores usan esta herramienta con
tal maestría que mi querido amigo Himar, hablaría de un simbolismo perfecto. Es
una serie que no solo se ríe de otros géneros o series, sino que se ríe de ella
misma, se ríe de la estructura de las sitcoms. Ha sabido verse su propio
ombligo y mostrárnoslo sin vergüenza alguna.
La serie puede parecer a primera vista, como una más. 7
amigos que estudian en Greendale Community (una especie de universidad para “mayores”) que deciden crear
un grupo de estudio. Hasta aquí, parece una serie más de risa fácil. Pero todo cambiará
cuando empieces a conocer a los personajes: Jeff, un abogado expulsado de su
buffet por tener un graduado falso; Britta, una rubia con unos ideales muy
hippies; Troy, un ex-chico popular-jugador de football americano; Pierce, un
sexagenario racista y machista; Annie, la típica chica mona que ve el mundo de color
de rosa; Shirley, una cristiana hasta la médula, que no respeta otras
creencias; y Abed, la guinda del pastel. Abed puede ser uno de los personajes
más trabajados en la historia de la televisión americana. Un personaje que no
distingue entre realidad y ficción, que su día a día es una referencia
constante a otras series, películas o géneros televisivos. Él será el que en
muchas ocasiones encabece el capítulo de la semana: convirtiendo a todos en muñecos
de plastilina o cambiando las realidades temporales, entre muchas locuras que
se pueden ver en la serie
Como veis, estamos ante una serie que es difícil hablar de
ella. Uno no puede describirla, las palabras se le quedan cortas. Nunca antes
se había vista esta mezcla de géneros tan bien hilada y secuenciada que hasta
el espectador más clásico o semiótico puede disfrutar. Es un canto a la
post-estructuralismo, un canto que pretende ir más allá en la narrativa
establecida por la televisión
Todo este mundo bizarro televisivo viene de una de las
mentes más creativas del panorama audiovisual americano, Dan Harmon. Este señor
aunque a primera lectura resulte desconocido, su perversa y maquiavélica mente
fue la culpable de escribir el guión de una de las películas de animación más,
increíblemente, sorprendente de la última década: "Monster House". Intentando
hallar similitudes entre todos su proyectos vemos que su leitmotiv es dar una
vuelta de tuerca a lo que uno se espera ver. Es decir, si te esperas una
comedia del montón, pues introducirá temas de lo más extraños para que veas
esta serie desde un nuevo punto de vista.
Cada capítulo es un experimento en si, una autorreferencia
extrema hacia la televisión y hacia si misma. En cada episodio quedarás
sumergido en sus rebuscadas tramas, donde puede ocurrir lo que sea, desde una
guerra de Paintball, hasta un golpe de estado, todo vale en Greendale Community.
Yeah! ya cuentas con una seguidora :P
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo!
ResponderEliminarTe hace volver a verla en el piso?
Mis blogs:
http://5trebol5.blogspot.com.es/
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