Posted by : El día del Espectador julio 13, 2012


ÁLVARO TEJERO

"The Amazing Spider-Man" hace honor a su nombre: es una película ligera, con altas dosis de entretenimiento, un ritmo endiablado y una estética y espiritu comiquero que provocan que a pesar de su importante duración (136 min) en ningún momento se haga larga.

Está nueva versión, que no visión, de los inicios del hombre araña sostiene sus cimientos sobre la figura de Andrew Garfield, perfecto en su interpretación de Peter Parker/ Spider-Man (al fin vacila a sus enemigos), dotando al personaje de una intensidad y fisicidad que ya se veía en sus primeros trabajos. Junto a él aparece la dama de la función, Emma Stone, que consigue que desde la primera aparación de sus maravillosas piernas  no queramos que desaparezca de la pantalla.

Así, la enorme química que evidencian los dos protagonistas se convierte en el pilar del filme, que en consecuencia es superior a la hora de manejar las relaciones sentimentales y de mostrar el ambiente juvenil que en las partes de superhéroe puras y llenas de acción. Por lo tanto, nos encontramos con una primera parte de alto nivel en la que se nos muestra los orígenes del personaje y la relaciones humanas (impagable el momento en que Garfield le pide la primera cita a Stone) y una segunda parte en la que "The Amazing Spider-Man" se vuelve más rutinaria acompañada del villano y la inclusión de una fallida trascendencia.

Porque el Lagarto y el otro "villano" (el padre de Gwen Stacy) son los dos personajes más flojos que aparecen. El doctor Connors es un antagonista sin gran personalidad ni fuerza, cuyas motivaciones no están lo suficientemente claras y en ningún momente llega a representar para el espectador ninguna amenaza seria, siendo sólo creible como figura animada. El policía interpretado por Dennis Leary llega a resultar patético en algunas ocasiones, una caricatura metida con calzador. La culpa no es principalmente de los intérpretes (Rhis Ifans y Dennis Leary) sino de un guión y montaje que los deja en pañales.

En el guión es dónde se encuentran los principales problemas de la cinta. Es un libreto lleno de ritmo, consiguiendo en su primera parte diversión y grandes momentos con la parte romántica, y que basa en la elípsis gran parte de su fuerza. Sin embargo, este ritmo y ligereza va en contra de la emoción del filme, al que le falta respirar en ocasiones. Pero el mayor fallo está en su desarrollo, olvidándose de personajes importantes ( la tía Mary interpretada por la esplendida Sally Field), convirtiendo a Gwen en otra mujer florero del héroe, y no cerrando algunas tramas para una casi segura secuela (la muerte de los padres de Peter Parker).  Algunos criticarán las casualidades mediante las que se van resolviendo las situaciones, pero esto es algo también propio de la narrativa de cómic, aunque en ocasiones puedan resultar excesivas (el obrero de las grúas).


En defensa de las lagunas existentes y de situaciones un poco absurdas reconocer que se notan los recortes en el montaje realizados semanas antes de su estreno (faltan muchas imágenes de los trailers) y que se cebaron en las relaciones de los personajes. Lo que no se puede defender son las dos muertes que hay en el filme, siendo ambas las dos peores escenas del metraje (Martin Sheen se merece algo mejor) en las que se evidencia la falta de personalidad del director. Marc Webb no consigue brillar en las escenas cumbres, se siente más cómodo en la partes de personajes que en las escenas de acción. Aun así nos regala varias momentos de alto nivel (el beso en la azotea, la inocente pelea en el vagón de metro, la red de telarañas en las cloacas o toda la parte de justiciero callejero) y consigue aprovechar los increibles efectos especiales en la increíble escena de las grúas (acompañada de la pegadiza banda sonora de James Horner)



Por tanto, "The Amazing Spider-Man" es un cinta entretenida, que gana en su ligereza y pierde en su transcendencia (no todo los superhéroes tienes que ser oscuros como el de Nolan) y en la que se hubiera agradecido más presencia de ese humor que se vendía. Con un 3D aprovechado, que cobra sentido en las espectaculares escenas aéreas pero que sigue oscureciendo la fotografía al ponernos las gafas. Y con un epílogo que remata con un estupendo último plano que llena la sonrisa de Stone.

Y puestos a comparar es superior a la primera película de Raimi, pero inferior a "Spider-Man 2" (el mejor acercamiento a la figura del hombre araña) Garfield ya es Spider-Man y Emma Stone está casi al nivel de la maravillosa Mary Jane de Kirsten Dunst.

De momento, los dos grandes blockbusters del verano han cumplido (la extraordinaria aventura fantástica de "Blancanieves y la leyenda del cazador" y la aquí comentada). Faltan Scott y Nolan... ¿estarán a la altura?

NOTA: 7

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