HUGO MUGNAI
Es evidente que hoy día casi todo el cine que llega a las pantallas es cine
de aventuras; espectáculo y entretenimiento. Pero si bien pudiera parecer que
este tipo de afirmaciones lo convierten en algo banal y fácil, lo cierto es que
narrar una aventura que interese al espectador y le haga sentir cierta empatía
por la situación de los personajes es algo complejo y que no encontramos con la
asiduidad que quisiéramos. Por eso debemos apreciar en su justa medida el
estreno de films como Capitán Phillips, el último proyecto del británico
Paul Greengrass.
Y es que esa es, sin lugar a dudas, la principal característica del
director de Green Zone: Distrito Protegido (2010), su capacidad para contar
historias llenas de acción, logrando transmitir tensión en cada una de sus
escenas más allá del contenido de la historia, como ya demostró en sus dos
entregas de la saga Bourne. Para ello, Greengrass elige en Capitán Phillips
una realización basada en la cámara en mano, en la que el plano se tambalea
conforme la tensión crece, aumentando la sensación de angustia.
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Los piratas somalíes, pescadores convertidos en secuestradores |
El film narra la historia de Richard Phillips, un capitán de barco
americano al que se le asigna tripular un carguero alrededor del cuerno de África
al mando de una tripulación completamente nueva. El problema surge cuando el barco pasa
cerca de la costa de Somalia, una de las zonas negras para la
navegación por su constante riesgo de piratería. El carguero no consigue evitar
el ataque de un grupo de piratas somalíes, que logran acceder a la nave,
secuestrando a la tripulación. Una historia basada en hechos reales que bien
podría recordarnos al secuestro del Alakrana, el pesquero español
capturado en 2009 cerca de las costas somalíes (aunque la reacción del
gobierno español en ese caso fuera muy diferente de la del americano en éste).
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Tom Hanks carga con el peso de la historia |
Quizá el mayor defecto del film sea la falta de desarrollo y evolución de
su personaje principal, el propio Richard Phillips (Tom Hanks), que se nos
presenta de forma brusca y sin preámbulos, pero el director logra hacer de ello
una virtud poniendo casi todo el peso del film sobre los hombros de Tom Hanks,
un actor con letras mayúsculas. Y es que nadie puede negar la capacidad
interpretativa del que fuera entre otros el náufrago más famoso del cine, pues
hace mucho que Tom Hanks se erigió como uno de los actores con más capacidad
para emocionar al espectador de todo Hollywood, combinando tanto películas olvidables
-como El Código Da Vinci (Ron
Howard, 2006), o Ángeles y Demonios (Ron Howard, 2009)- con verdaderos
hitos del cine -como Philadelphia (Jonathan Demme, 1993) o Forrest
Gump (Robert Zemeckis, 1994)-. Así, en Capitán Phillips, Hanks logra
darle complejidad a su personaje, aportándole un magnetismo que eclipsa
(especialmente durante la última media hora) al resto del cast, en lo que es una
clase magistral de interpretación.
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Greengrass sabe darle tensión a sus films |
Así, Capitán Phillips se presenta como una película de aventuras,
sí, pero de aventuras bien contadas, con una dirección que cumple con creces,
un guión bien estructurado y un protagonista que lleva el peso de la acción con solvencia. Además el film no deja de lado el aspecto social -y logra evitar
(por poco) ese patriotismo americano que podría estropear la historia- incluyendo diálogos en los que podemos llegar a entender la situación de los
piratas somalíes, dándole una dimensión más compleja a la película. Por
todo ello, no dudamos en recomendar Capitán Phillips a todo aquel que
aún crea en un cine de entretenimiento bien fundado.
NOTA: 6’5