¿Y si
descubrieses que tus vecinos, los padres de un amigo o los amables panaderos
fuesen en realidad agentes rusos ultrasecretos? ¿Y si hablasen nuestro idioma
mejor que nosotros, hiciesen las mismas cosas y llevasen una vida normal? Este
es el fascinante punto de partida de una de las series de la temporada pasada: The Americans (FX). Protagonizada por
Keri Russel y Matthew Rhys, un matrimonio aparentemente americano y feliz, la
serie narra cómo es su día a día como espías soviéticos durante la administración
Reagan y los problemas que eso implica para su matrimonio.
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Keri Russel y Matthew Rhys son Elizabeth y Philip Jennings |
Nada más
escuchar la premisa suele activarse una lucecita en nuestra base de datos
audiovisuales que dice: ¡Homeland, Homeland, Homeland…! Pero nada más lejos de la realidad, The Americans se centra principalmente en la temática espía,
desgrana con mimo el funcionamiento de estas organizaciones ultrasecretas y
cómo el gobierno americano las combate. Esto se debe a que su creador, Joseph
Weisberg, fue agente de la CIA durante los 90 y se inspiró en un caso real de
2010, cuando el FBI desenmascaró a diez espías rusos que llevaban una vida
normal en territorio americano. Reticente a ambientarlo en el presente debido a
las delicadas relaciones EEUU-Rusia, optó por una época a la vez fascinante y terrorífica:
la Guerra Fría de los años 80 bajo Ronald Reagan.
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Las transformaciones de Keri Russel |
Pero ¿por qué
hay que seguir de cerca a The Americans?
En primer lugar por su pareja protagonista. Los personajes de Philip y
Elizabeth Jennings son el caramelo que todo actor desearía debido al gran
número de capas que tienen, a la posibilidad de ser un personaje distinto en cada
episodio, a la combinación de acción y emoción… Es decir, a interpretar
básicamente a un personaje de cuya actuación depende su vida. Y a pesar de ser
un reto complicado, tanto Rhys como Russel demuestran estar a la altura con
creces (por eso sorprende que ninguno haya sido nominado al Emmy). El otro
punto que convierte a The Americans
en una sorpresa son sus guiones. Por un lado mantienen al espectador en tensión
continua y avanzan siempre hacia delante: cada acción tiene consecuencias y no
hay marcha atrás (es decir, al igual que en Juego
de Tronos, los personajes pueden desaparecer de un plumazo). Pero lo realmente
fascinante es la construcción de sus personajes. La mentalidad americana suele
ser muy maniquea: es blanco o negro, bueno o malo. Pero aquí todo es gris, todo
está mezclado y uno no sabe quienes son los buenos y quienes son los malos. Se
supone que Elizabeth y Philip son los buenos, pero el agente del FBI Stan
Beeman también nos cae bien, así como la agente doble Nina… Es decir, los malos
son los buenos y los buenos son los malos. El espectador se preocupa por todos
los personajes por igual, porque al margen de ideologías, todos son personas y cada
uno vela por sus seres queridos.
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Matthew Rhys siendo persuasivo |
Otro de los aspectos más inquietantes e
interesantes es la ambientación: el mundo durante los 80, con líderes tan
poderosos como Ronald Reagan o Margaret Thatcher y bajo una Guerra Fría en
algunos de sus momentos más tensos son el escenario perfecto para desarrollar
una historia de espías. Weisberg consigue crear un clima opresivo, aterrador y con
un equilibrio muy delicado que puede quebrarse en cualquier momento. Las
acciones de cada personaje pueden elevar la tensión entre EEUU y la URSS hasta
el punto de pulsar el botón rojo. La maestría de la serie reside pues medir bien
las escaladas de tensión, en subir continuamente pero no sobrepasar la línea de
la destrucción atómica. Y eso lo hace perfectamente.
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The Americans: en la mejor tradición del cine de espías |
De momento
solo hay una temporada aunque FX la ha renovado para una segunda. Pero para
llevar solo trece capítulos es una serie que apunta alto desde el principio y
puede cosechar importantes éxitos, a pesar de crecer a la sombra de la
multipremiada Homeland. Más de medio
año tras su estreno (y éxito) estadounidense, The Americans llega a FOX España el 5 de septiembre con ganas de
comerse la parrilla y desde aquí la recomendamos sin dudarlo: de las mejores
series de espías que se han hecho.
NOTA: 7,5