Néstor Sánchez
Aaaaaaaagghhhh, uuuuuugghhh… ésto es todo lo que alguna vez
nos diría un zombie si no lo encontráramos por la calle. El resto de lo que nos
quisiera decir, no lo sabríamos, porque ya estaríamos a kilómetros de distancia
o soplando el cañón de nuestro revolver. Lo mucho que sabemos de zombies nos lo
ha enseñado el cine y en menor medida, las otras artes. Pero actualmente sufrimos
toda una invasión de estos seres… hasta en la sopa. Y a la vez que más van
saliendo, se ha ido generando ramas y diferencias entre ellos: lento vs.
rápido, muerto vs. infectado… y así una lista enorme. Mucho estaba tardando
para que este “ser” se viera afectado por la onda expansiva de “Crepúsculo”. La
cual transforma a todo monstruo en un joven adolescente, guapo y buenorro. Por
lo tanto si sumamos Zombie con “Crepúsculo”, nos sale “Memorias de un zombie
adolescente”.
Aunque parezca que lo anterior sea algo malo, no quiero que
lo sea. La película de la que vamos hablar intenta alejarse de “Crepúsculo”, es
más, en ocasiones parece parodiarla. Desde un primer momento, sabes que lo que
vas a ver es de “coña”. El propio título: “Memorias de un zombie…” tiene una
incongruencia, la cual es el motor del film. Los zombies no piensan y por lo
tanto no recuerdan. Pero que pasa si no fuera así. Lo que obtendríamos es un
gran comienzo de película, donde veremos a nuestro protagonista, R, el cual
deambula torpemente por un aeropuerto, pensando sobre su existencia. Sus
pensamientos asombran tanto que te hace replantearte ciertos aspectos de tu
vida, ya que como el director deja entrever, no hay mucha diferencia entre
ellos y nosotros.

Visto el comienzo y su primer desarrollo, la película coge
un buen ritmo, con una banda sonora muy alegre y unas escenas más que graciosas,
hasta llegar al momento en que los productores metieron mano. Ese momento que
sabes que la película tiene que acercarse a “Crepúsculo” para triunfar, y
acaba por convertirse en un romance imposible entre dos seres. Pero no
desesperemos, a lo largo de la película podremos ir encontrando pequeñas
escenas muy bien traídas (aunque estemos en el momento “Crepúsculo”) que harán
que te rías o que te hagan pensar sobre tu existencia.
Uno de los elementos más llamativos es la voz en off del
zombie, la cual nos narrará la historia y sus pensamientos. Lo primero que
piensas al escucharla es la regla básica de todo guionista: nunca uses voz en
off, deja que las imágenes hablen por si solas. Pues en éste caso esta regla
debe romperse, ya que sin sus pensamientos no entenderíamos nada. Gracias a
ellos se desarrollará la película, ya que si no estuviéramos ante un zombie
trascendental, veríamos un simple documental de la vida salvaje de los zombies.
Para acabar ,resaltar y aplaudir, la magnifica explicación que dan para el
motivo de porque los zombies comen cerebros (no os la cuento porque merece ser
vista), y además es el mejor momento visual de toda la película.
En conclusión, es una buena película que te hará pasar el
rato, te hará reír y pensar, pero que desgraciadamente ha caído bajo la fuerza
de los “vampiros”. Ir a verla antes de quansofhas fas..a.sf aaaaaagghhhhhh
uuuuuuughh cerebrossssgsgs
Me gustó... coincidimos en el resultado de la crítica ;)
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