Posted by : El día del Espectador diciembre 09, 2012


MARCO BARADA


Sólo hay dos trilogías en la historia del cine que exciten tanto a los fans como para organizar maratones de visionado. Son películas tan buenas que piden a gritos que se vean de una tirada. Una es la trilogía original de Star Wars. La otra la de El señor de los anillos. Los geeks veneran la historia de tal forma que sólo se puede tener una experiencia completa de esta forma. ¿Pero de dónde viene este hambre voraz?

La historia de El señor de los anillos sale de la cabeza de J. R. R. Tolkien durante los años 50. Al ser una historia de gran magnitud, hubo varios proyectos, como una versión protagonizada por los Beatles (John Lennon habría sido Gollum) dirigida por Stanley Kubrick que no llegó a hacerse, y una adaptación animada de 1978 que sí se hizo y que narraba la mitad de toda la historia, confiando en concluirla con una secuela que nunca vio la luz. El señor de los anillos se convirtió en uno más de esos proyectos que están en el aire pero que nadie se atreve a adaptar. Hasta que en 1995 Peter Jackson se atrevió. Tras dar varias vueltas y reescrituras de guión, Jackson llegó a un acuerdo con New Line Cinema para producir tres películas. El rodaje comenzó en octubre de 1999 y concluyó en diciembre del 2000.

El rodaje fue tan largo porque la trilogía de El señor de los anillos fue pionera en rodarse las tres películas de una vez para ser luego estrenadas con una diferencia de un año (2001, 2002 y 2003). Desde el momento en que se estrenaron se convirtieron en clásicos instantáneos, fueron aclamadas tanto por el público como por la crítica. Los fans de la trilogía literaria estaban a la vez deseosos y aterrorizados de ver por fin una adaptación con visos realistas de semejante historia. Y las películas dieron en el clavo, reiniciando la fiebre por las novelas. Por otro lado, la prensa especializada no la trató con la condescendencia previsible ante un blockbuster de tal magnitud, si no que la alabó desde el inicio. Las películas cosecharon 17 premios Oscar (y sumaron 30 nominaciones), consiguiendo que El retorno del rey entrase a formar parte del selecto club de las películas con más galardones de la historia (11): Ben-Hur y Titanic. ¿Pero qué hizo que éste proyecto mastodóntico tuviese tanto éxito?

Lo primero de todo y la clave principal es la adaptación. Tanto desde el guión como desde la dirección y el diseño de producción, la trilogía consigue llegar al corazón de la historia y captar su espíritu (aunque no se puede negar que la materia prima era de indudable calidad). Es cierto que algunos personajes y tramas se quedaron por el camino, pero hasta los mismos fans (los más razonables) lo consideraron un sacrificio necesario para conseguir que el todo funcionase.
¿Andy Serkis o Gollum, quién creó a quién?
 El otro motor que permitió producir la trilogía es Weta Workshop, la empresa de efectos especiales que se encargó de crear a todas las criaturas de la Tierra Media y principalmente a Gollum. Las películas fueron también pioneras en el uso de la técnica de captura de movimiento, por la que Andy Serkis pudo dar vida a Gollum con la ayuda de efectos digitales.

Y en efecto, el reparto es otro de los elementos sin los cuales no habría alma. Actores como sir Ian McKellen, Viggo Mortensen, Elijah Wood, sir Christopher Lee o el propio Andy Serkis consiguen que una historia de fantasía sin apenas anclajes en el mundo real sea creíble desde el minuto uno.

Por último, la dirección artística hizo maravillas a la hora de crear todo el universo de Tolkien. Tanto armas, armaduras o vestuario como edificios, ciudades o parajes tienen tal realismo y son tan coherentes con la historia que dejan una marca indeleble. Ya son inmortales lugares como el Abismo de Helm, Isengard, Hobitton, Rivendell, Edoras, Minas Tirith…

Han pasado ya once años desde que se estrenase La comunidad del anillo y el tiempo no ha hecho si no legitimarlas. Puede que en 40 o 50 años los efectos especiales tan avanzados para nosotros queden obsoletos, pero las películas mantendrán el mismo encanto que puede tener King Kong (la original), porque lo importante en realidad no son los efectos si no que la historia trascienda la pantalla y conecte con el espectador. Es por este motivo que ahora nos preguntamos si Jackson será capaz de repetir la jugada con las tres películas de El Hobbit. Como consuelo puede servir que muchos de los elementos de éxito de ESDLA de los que hemos hablado volverán. Por un lado, el guión lo han escrito los mismos más Guillermo del Toro, Weta Workshop vuelve a encargarse de los efectos digitales (contando con más de 10 años de avances tecnológicos), el reparto incluye a sir Ian McKellen entre otros actores y Dan Hennah vuelve a encargarse de la dirección artística. Confiemos en que El Hobbit no decepcione empañando una historia universal sobre el bien y el mal ya ha dejado marca en todos.

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  1. Buen artículo de una saga maravillosa. Solo una corrección: sí se hizo continuación de la cinta animada de El señor de los anillos, pero es tan mediocre que suele dejarse de lado. Yo también he dedicado mi último artículo a El Señor de los Anillos, por si te interesa: http://laestaciondelfotogramaperdido.blogspot.com.es/2012/12/la-historia-de-el-senor-de-los-anillos.html Saludos

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