Posted by : El día del Espectador julio 11, 2012


NÉSTOR SÁNCHEZ

Este escrito no pretende ser ninguna crítica ni análisis de la película, sino una reivindicación de la misma, con el fin de que se de a conocer no sólo entre los amantes de los videojuegos.

Vivimos una época donde los videojuegos están a la orden del día. Los últimos gráficos visuales te dejan en shock por la similitud con la realidad, las ultimas noticias apuntan no sólo a una mejora en el aspecto visual sino en el modo de juego, donde el individuo se convierte en el mando. Pero no solo hemos avanzado hacia delante, también estamos viviendo un momento en el que los videojuegos indie están viviendo su época de oro, como Super Meat Boy o Minecraft, cuyos gráficos son simples llegando únicamente a los 8-Bit. Pues es dentro de este mundo de los indie y los videojuegos clásicos donde encontramos una de las películas que más desapercibidas ha pasado por nuestra cartelera; poca gente sabe de ella. Estamos hablando de “Scott Pilgrim contra el mundo



La película es la perfecta fusión entre los dos mundos audiovisuales en auge, el cine y los videojuegos. Nos cuenta la historia de Scott Pilgrim, el cuál se enamora de una chica y para ganársela tendrá que enfrentarse  a su pasado; de una forma literal, tendrá que luchar contra sus ex-novios. A lo largo del film veremos constantes referencias al mundo de los videojuegos: como conseguir una vida extra, los efectos de pelea a lo Street Fighter, conseguir el premio en monedas una vez que consigue pasar un nivel o veremos como nuestro protagonista aumenta habilidades, como si de un RPG se tratase. Pero la película no se queda solo en esos detalles, va mucho más allá, nos muestra el día a día de la vida de cualquier adolescente geek, todo el mundo se puede sentir identificado de una manera u otra con el protagonista. Todos hemos pasado por momento malos o raros con alguna chica o chico, el cual para conseguirlo hemos tenido que romper los muros que nos separan para poder estar juntos. El film habla de ello, de una manera visual y directa, y no tan indirecta como puede ser cualquier película de amor de adolescentes.

Este proyecto no se pudo haber llevado a pantalla sino hubiera sido a la inconfundible mente de Edgar Wright ("Hot Fuzz", "Zombies Party"). Director que esta subiendo de escalafones y que dentro de poco estará en lo más alto en este tipo de películas. Esperamos impacientes la tercera parte de su trilogía del Corneto con los inconfundibles Simon Pegg y Nick Frost.

Volviendo al tema, "Scott Pilgrim" es una película que no os dejará indiferentes, os podrá gustar mucho o odiarla, pero esta claro que es un “must”, un visionado obligatorio, ya que os lo pasareis como niños con sus toques visuales. Así que por favor, darle una oportunidad al visionado y comentar.

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