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Posted by : El día del Espectador
noviembre 02, 2013
Néstor Sánchez

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Existen múltiples vertientes psicológicas del origen del
miedo, desde que es algo genético, hasta cultural, pasando por conflictos sin
resolver. Y si nos fijamos, más o menos las películas se basan en estos 3
puntos para mostrarnos su rostro más terrorífico. En cuanto al primero, desde
siempre hemos encontrado películas de terror. En sus inicios, muchos directores
se fueron pasando a este género sin explotar, creando películas como "Nosferatu".
Es decir, que desde siempre el humano no solo ha teniendo la necesidad de contar
historias de miedo, sino que esas historias han sido las mismas desde hace siglos.
Siguiendo con el mismo ejemplo, aunque en su momento ver a un vampiro sería lo
que más miedo daría en el mundo, hoy en día también les seguimos temiendo, ya
no tanto, debido a ciertas películas, pero se le sigue mostrando cierto
respeto.
El segundo punto , lo cultural. Ya nos podemos ir a Japón, a
España o Brasil, que los miedos serán los mismos. Veremos en sus culturas miedos a, no solo, a los monstruos clásicos, sino, a fantasmas, a leyendas
urbanas, espíritus… todos contados desde distintos puntos de vista y con
distintos disfraces, pero en sí será el mismo miedo. ¿Y cómo es posible que alrededor
del mundo existan los mismos miedos? ¿Es que el miedo también se ha globalizado?
¿El miedo ya es un producto que se comercializa con él? Tal es el punto que
encontramos historias del zombies por todo el mundo, ya no es solo una cosa que
pueda ocurrir en Nueva York, sino en cualquier esquina del planeta
Y el último punto, más personal, son los conflictos sin
resolver. Muy ligado al anterior, vemos siempre unos mismos patrones en toda película
de miedo, y en especial de espíritus, y es que normalmente estos surgen por peleas,
conflictos, malos rollos… cuando eran humanos. Estos al ver que no pueden
culminar sus broncas, se convierte en fantasmas para atemorizar al resto, y
conseguir lo que no pudieron hacer en su vida terrenal.
