Posted by : El día del Espectador agosto 31, 2013

ÁLVARO TEJERO


Mud, como el  Shane de Raíces Profundas, aparece de la nada y desaparece herido ante la tristeza de un niño. Ellis y Neckbone son la versión contemporánea y más adulta de Gordie y Chris en Cuenta Conmigo, su referencia más clara. Al igual que Jim Graham en El imperio del sol, la mirada del protagonista se transforma del plano inicial al final. También aparece John Book, Único Testigo, para un duelo final contra un grupo de malvados hombres.

Por estas y otras muchas razones suscribo las palabras de Javier Ocaña en la crítica de El País "Mientras tanto, los espectadores (y también los críticos) tampoco sabemos aún si estamos ante un clásico moderno. Porque, ¿en qué momento se puede decir que una película es o será un clásico? Seguro que con el tiempo. Pero quizá, con un punto de ese atrevimiento adolescente de la película, también desde ya, qué diablos" y doy un paso más: Mud es una obra maestra.


Tye Sheridan y Jacob Lofland: los dos inolvidables protagonistas juveniles
Al igual que sus dos jóvenes protagonistas, Jeff Nichols ha alcanzado su madurez con está luminosa película. Como los más grandes, consigue no repetirse y cambiar totalmente de registro sin olvidar sus señas de identidad. Mud, al igual que Take Shelter y Shotgun Stories es una película profundamente americana, arraigada a la tierra y sus habitantes.


Ya se ha hablado de Mark Twain, Malick o Ford entre sus influencias, a las que yo añadiría dos más. La primera sería Joyce Carol Oates como bien apuntó mi compañero de sesión. Y la otra, para mí el referente cinematográfico más claro al que adscribir a Nichols, sería el último cineasta verdaderamente independiente: John Sayles. Como Sayles, el director de Arkansas (lugar dónde transcurre Mud) "solo" se dedica a contar historias y no cierra de manera clara sus películas. Al igual que el río Mississippi por el que viajan Ellis y Neckbone la historia tiene tantos recovecos que te gustaría seguir más tiempo para conocerlos todos.

Mud toca tantos géneros que lo más fácil es denominarla cinta de iniciación hacia la vida adulta, de pérdida de la inocencia, del descubrimiento de lo desconocido. Pero a pesar de la dureza, el realismo sucio y un mundo y forma de vida que se derrumba ante los ojos de todos los personajes masculinos, Nichols mantiene desde el principio el tono de cuento, de fábula; un punto de vista adolescente que convierte toda la gran película en una gran aventura.


Cabe la leyenda, el amor verdadero, la mujer fatal, los gangsters, los personajes pintorescos (nombres como Mud, Juniper, May Pearl) y la mirada personal de la infancia. Todo ello acompañado de un grupo de actores perfectos en sus papeles (desde los dos increíbles niños, pasando por la gran Reese witherspoon, el aquí sobrio Michael Shannon y el veterano Shepard o la extraordinaria composición de McConaughey) Es una historia pura de aventuras. El género más difícil de conseguir y del que Nichols demuestra un conocimiento exhaustivo, llenando los rápidos 120 minutos de duración de humor y acciones. En la aventura deben pasar cosas continuamente, debe haber emoción,  y en la de Nichols ocurre lo mayor aventura de todas: la vida.

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