Posted by : El día del Espectador junio 10, 2013

DIEGO REAL

Las jornadas del jueves y viernes hasta ahora me han parecido de las más interesantes: giallo, la vuelta de Snipes, comedietas…


El jueves (¡por fin!) tuve la oportunidad de ver una de las joyas del festival: Gallowwalkers, la vuelta al cine de Wesley Snipes, o al menos así nos lo venden. En realidad, la película se hizo justo antes de que este entrara en prisión y su estreno ha coincidido con la puesta en libertad del actor afroamericano.

La película, un western con tintes de cómics, venganza y seres de ultratumba de por medio me ha resultado divertidísima (de hecho me ha gustado más que Django Desencadenado). Snipes ha vuelto en forma decapitando unos seres a cada cual más estrafalario y ridículo,  ya que los villanos en cuestión solo tienen una función en la cinta: lucir de manera rocambolesca y morir de manera espectacular. Hay muchos planos que resultan muy interesantes y alguna idea que incluso me ha llegado a recordar a El Topo de Jodorowsky. Lo dicho, un film de acción sobrenatural muy potable y digno.


Acto seguido vi la comedia holandesa sobre zombies Zombibi (Kill Zombie!). La película cumple, entretiene y no aporta nada nuevo. Tiene alguna idea francamente divertida, en especial las que hacen referencias a videojuegos, aunque algunos chistes resultan demasiado facilones. Un último apunte, Zombibi hubiera sido más espectacular si se hubiera optado por la sangre en vez de los mocos verdes pese a todo es recomendable.


El jueves comenzó con Forgotten, película que da una vuelta de tuerca a las películas de niñas 
fantasmas. La película crea una atmósfera cojonuda que te mantiene sentado en el asiento pensado que ha podido pasar entre las dos protagonistas, dos jóvenes que se reencuentran y tienen mucho que ocultar. El metraje avanza y empiezan a alargar la tensión tanto que termina por no haber tensión. El final es sin duda lo peor, ya que lo alarga de tal manera que nos ofrece dos epílogos ridículos y que ensombrecen lo anterior. Una pena porque la película es la que más me estaba gustando, hasta que llegó Tulpa, el culmen absoluto.

Tulpa es un film italiano que retoma el giallo en su vertiente más clásica: un asesino enmascarado comienza a asesinar a los clientes de una prostituta de lujo que además es una reputada (je,je) mujer de negocios. Lo curioso está en dicho burdel, una especie de santuario New Age regentado por una especie de sacerdote con aspecto de Sandro Rey. Las situaciones en la película son tan disparatadas que parecen sacadas de un cómic pulp (la escena en la que la protagonista huye de una culturista con una katana es antológica). Todo esto aderezado de un gore solvente y de tetas. Yo no puedo pedir más. Tulpa es una gran sorpresa.


Wither sin embargo fue un bajonazo. Es una copia casi idéntica de Evil Dead solo que al ser sueca tenía la ventaja o el inconveniente de que todos los personajes eran guapísimos por lo que no sabías cuando iba a morir cada uno. Debido a las situaciones gilipollescas (no huyen de la casa porque fuera llueve) y a algunas interpretaciones ridículas, el film divierte en su primer parte pero despúes aburre ya que solo ofrece la fórmula amigo endemoniado capullo que aparece, amigo endemoniado capullo que tienes que matar. Una pena, porque el gore no estaba nada mal.


El broche de la noche fue La matanza de Texas 3D, una secuela directa de la primera que se pasa por el forro todas las secuelas y, porque no decirlo, también la primera. Para empezar, si el film transcurre unos veinte años después de los actos de la primera, deberían estar a principios de los noventa, pero utilizan smartphones, ropa actual y la música es contemporánea. Si no tenemos en cuenta esto estamos ante una película que cumple pero que nada tiene que ver con La matanza de Texas clásica y que solo utiliza la baza de Leatherface como icono pop y como este se ha convertido en el emblema de la saga, aunque aquí lo lleven más allá y termine siendo el héroe de la función. Por último, decir que el 3D es malo de cojones salvando dos escenas. Una pena, ya que podía haber sido mucho más (al menos la moza protagonista está tremenda).

La hipnótica Alexandra Daddario


Pronto, el balance final del festival. ¡Nos vemos pronto!

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