Posted by : El día del Espectador agosto 30, 2012


ÁLVARO TEJERO

Hay películas que reciben la fama que debería merecer su hermana fílmica, en este caso su gemela, ya que "Let Me In" es el remake norteamericano de la película de culto sueca "Déjame entrar" (2008). Ya que si bien la original deslumbró inmerecidamente es la versión escrita y dirigida por Matt Reeves la que debería ocupar su lugar en la cumbre. La primera versión partía de una premisa novedosa (recordar que es la adaptación de una novela del mismo título) pero erraba en su desarrollo debido a su falta de intensidad emocional, a su carácter contemplativo mal entendido, cierta incoherencia y a una excesiva frialdad incluso para lo que indica su nacionalidad que provocaba el hastío en el espectador.

Tan solo dos años después del estreno de la original, Reeves (colega y protegido de J.J. Abrams) consigue construir una película superior y con el doble de matices envolviendo la relación amorosa infantil en un entorno social oscuro y deprimente  de la América profunda (primeros años de la presidencia de Reagan  con todo lo que ello conlleva) y tomando las formas de un thriller de asesinatos rituales del que estaría orgulloso David Fincher. Con estos elementos aporta mayor carga dramática a la historia, consigue una mayor profundidad sobre el tema principal (la maldad) y ofrece al espectador una mayor fluidez y visceralidad.

Porque aquí la violencia impresiona, es directa y salvaje en contraposición de la tranquilidad nevada de los escenarios. Cada ataque vampírico o asesinato explota de golpe, pero siempre en plano general, en el silencio de la noche. Es creíble y alucinada a la vez.

Y la violencia va unida a la maldad, el pilar de la cinta y de la sociedad. Una cualidad que se transmite, que echa raíces entre el miedo y la soledad de la infancia, de esos niños desprotegidos y sin la atención que se merecen. Desde ese matón que paga con los demás su debilidad ante su hermano al niño protagonista, prácticamente huérfano con un padre al que solo oye por teléfono y una madre entregada a la bebida y a la religiosidad que termina entregando a su niño a ese diablo con forma de ángel o viceversa. El director aquí decide no mostrarnos el rostro de la madre en ningún momento; una idea similar a la realizada por Spielberg en "E.T" (1982), en cuyo caso el único rostro adulto que se mostraba hasta cierto punto era el de la madre.

 (Es necesario mostrar a la actriz que da vida a la figura materna,  de nombre Cara Buono, que ya demostró su  capacidad y talento en la 4º temporada de "Mad Men" (2007) )

Esa representante del diablo, esa vampira come niños con su aspecto inocente es la clave de "Let Me In". Chloë Grace Moretz da una auténtica lección una vez más ("Kick-Ass" [2010] o "La invención de Hugo" [2011] ), iluminando la pantalla y pasando de la virginidad más pura a una sexualidad incómoda en alguien de su edad. Llevando el romance infantil a un nivel superior y dominando a Kodi Smith-McPhee pero ofreciéndole algo desconocido hasta ahora. Te ofrece una sonrisa y al instante siguiente devora a la otra representante carnal del vecindario manchando de sangre sus labios. Ambos ofrecen una de los mejores momentos de este siglo. http://www.youtube.com/watch?v=H7dUwH9Uks4

Revees atrapa al espectador desde ese incómodo prólogo acompañando el metraje de una elegancia insospechada si pensamos en su anterior trabajo ("Monstruoso" [2008]), se rodea de expertos secundarios (Elias Koteas y Richard Jenkins) y culmina su maravilla con la impactante y terrible escena de la piscina (aquí totalmente creíble al contrario que en la original). Sin olvidar la respetuosa banda sonora de Michael Giacchino, que capta la esencia de los personajes y su historia a la perfección.

Es una película de miradas y silencios, de caricias y quemaduras, perturbadora e hipnótica y aterradoramente bella. Como un hilo de sangre caliente cayendo por la comisura de los labios en una noche helada. Podrá verse la maldad en Abbie, pero ambos niños se necesitan en distinto grado y pactar con el diablo siempre es atrayente, son dos almas perdidas. Owen le pregunta a su padre qué es la maldad y este prefiere no pensar en ella, mantenerle en la oscuridad.

"Let me in", junto con "Entrevista con el vampiro" (1994), el mejor acercamiento al universo de los vampiros.



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  1. porque era necesario que se le dijera a Abby: -puedes entrar. caso contrario se desangraba?, no vi si en algún momento se explicaba eso.

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